Jueves, 6 de septiembre de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › UN HERIDO POR UNA CARTA BOMBA QUE ESTALLO EN NESTLE
El sobre iba dirigido a un empleado, pero terminó en manos de otro, que perdió un dedo por el estallido. La empresa debió ser evacuada. Investigan el origen del envío y sus posibles motivos.
Una carta bomba le explotó ayer en las manos a un empleado de la empresa alimentaria Nestlé, que como consecuencia del episodio perdió un dedo. El extraño hecho ocurrió en el edificio que la firma tiene en la localidad bonaerense de Vicente López. La víctima de la misiva fue internada, aunque está fuera de peligro, mientras que la oficina donde ocurrió el incidente quedó prácticamente destruida. Todavía no se sabe la procedencia del sobre, pero sí que no estaba destinado a la persona a la que finalmente lesionó.
La carta había llegado a la compañía el martes pasado a la tarde, cuando, según la investigación, lo llevó un mensajero en moto. Ese día, Cristian Antonello, segundo jefe del área Sistemas de la compañía y destinatario del sobre color blanco, abrió el paquete que en el remitente decía Oxford University Press. En su interior encontró un libro, que por su título trataba sobre el flagelo de la pobreza en Centroamérica.
El volumen no le pareció interesante a Antonello, que creyó que se trataba de un mero obsequio. Entonces, envuelto en celofán como lo encontró, se lo dejó en el escritorio a uno de sus compañeros en el departamento de Sistemas, llamado Cosme Veneciale, subgerente del área. El libro durmió en ese lugar hasta la mañana de ayer.
Unos minutos antes de las 11, Veneciale encontró el libro en su lugar de trabajo. A él sí le interesó el título y, afanoso, rompió el celofán. Eso es probablemente lo último que recuerde del episodio, porque fue el momento en el que se activó el mecanismo de la pequeña bomba alojada en el interior del apócrifo volumen.
El impacto le produjo graves lesiones en ambas manos, sobre todo en el dedo índice de la mano derecha, el que finalmente perdería pese a los esfuerzos médicos de reconstruírselo. Además, también sufrió quemaduras en la cara y el pecho. No obstante esos fuertes daños, según los especialistas “salvó su vida de milagro”.
Hugo Cucarese, jefe de prensa de Nestlé, señaló a Página/12 que “la explosión ocurrió en el primer piso y se sintió en tres de los cuatro niveles que tiene el edificio” ubicado en la avenida Del Libertador 1855 de Vicente López. La oficina donde Veneciale abrió el libro quedó prácticamente destruida, ya que la explosión produjo un agujero de grandes proporciones en el escritorio donde estaba apoyado el volumen, rompió una silla, hizo desprender alguna placas del techo y dejó grandes manchas de pólvora en todas las paredes del área.
El estado en que quedó esa parte del edificio permite entender aquello de que el afectado “salvó su vida de milagro”. Veneciale fue trasladado en principio al Hospital de Vicente López, y luego se lo llevó a la clínica Fitz Roy de Capital Federal, adonde llegó fuera de peligro.
“Apenas producida la explosión, en el edificio empezaron a sonar las alarmas y comenzó el operativo de evacuación, que hizo que todos los empleados quedáramos afuera en pocos minutos. Nadie sabía qué era lo que había ocurrido, y nos fuimos enterando con el correr de las horas”, relató Cucarese.
Minutos después, llegaron al lugar las brigadas especiales de explosivos de la Policía Bonaerense y de la Federal, que cerraron el edificio para evitar que la gente volviera a ingresar. A partir de ese momento comenzaron a realizar pericias en dos sentidos: para cerciorarse de que no hubiera otra carta bomba en el lugar, y para investigar el hecho en sí.
Según fuentes de la Dirección de Explosivos bonaerense, “se utilizaron elementos de detección con rayos X” en toda la sede de Nestlé, y los especialistas realizaron la investigación en la oficina de la víctima. Allí descubrieron que el título del libro versaba sobre la pobreza en países de América Central, aunque su interior no reflejaba nada de eso.
Los peritos comprobaron que el dispositivo explosivo estaba armado con pólvora, una fuente de energía y cables. “Una carta bomba es un dispositivo de manufactura casera. El mecanismo se acciona a partir de un movimiento, que en este caso era la apertura del libro, mediante un dispositivo que puede estar conformado por una gran variedad de elementos. Hasta con los circuitos de una bombita de luz se puede armar un artefacto de este tipo”, explicaron desde Explosivos.
Si bien todavía no se sabe nada sobre su procedencia, hay un dato que podría dar los primeros indicios: el Número Internacional Normalizado para libros (ISBN son sus siglas en inglés), una cifra que figura en la contratapa de todos los volúmenes y que permite identificar su país de origen y editor. Si bien el libro bomba quedó destrozado, los peritos pudieron reconstruir esa parte y reconocer su número.
La investigación del episodio quedó a cargo del fiscal John Broyad, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de Vicente López, que durante la tarde les tomó declaración a Antonello y otros trabajadores. Además, intenta identificar al motoquero que dejó el sobre mediante los videos de seguridad del edificio.
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