Dos abogados, uno de la Capital Federal y otro de Córdoba, fueron víctimas en los últimos años de cartas-bomba que les provocaron heridas de gravedad y que les fueron enviadas a sus estudios jurídicos. Casualmente, estos dos casos, al igual que el de ayer en Vicente López, fueron cometidos en el mes de septiembre.

El 30 de septiembre de 2002, el abogado Rafael Cúneo Libarona, hermano de Mariano Cúneo Libarona, sufrió la fractura de un dedo de la mano y lesiones en los brazos cuando abrió una carta-bomba procedente de la ciudad de Rosario. El sobre fue recibido por el letrado en su estudio del centro porteño y tenía un libro de Derecho adentro que había sido enviado por la empresa Correo Argentino. El mecanismo que estalló en las manos del abogado era un detonador, un artefacto que causa poco daño y que usualmente es utilizado para hacer explotar una carga.

Casi un año después, el 8 de septiembre de 2003, Miguel Angel García, un abogado del fuero civil de la capital cordobesa, fue víctima de un hecho similar cuando recibió una carta-bomba en su estudio. Cuando el letrado abrió el sobre, sufrió quemaduras en una de sus manos y en el rostro.