De cada 10 pobres, 8 carecen de obra social o medicina prepaga y su salud depende de la asistencia en hospitales públicos. En tanto, entre la población de mayores ingresos, 9 de cada 10 sí tienen cobertura sanitaria y en la mayoría de los casos cuentan con más de un seguro de salud. “Esto refleja de manera inequívoca que persisten las inequidades en el sistema sanitario”, consideró el investigador del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), a cargo del estudio. Un ex superintendente de Servicios de Salud argentino y actual consultor de la OMS en Uruguay aseguró que el sistema sanitario argentino es “la única seguridad social en la que los pobres subsidian a los ricos”.

Para el ex superintendente de Servicios de la Salud Rubén Torres, el problema radica en la redistribución de los ingresos y fondos públicos: “Crecer no es condición suficiente para el desarrollo, también hace falta distribuir la renta y tener calidad y eficiencia institucional”. Además, “el estado de bienestar de un país se mide por la calidad de vida del más humilde de sus ciudadanos”, consideró Torres.

El estudio, que tomó como base el primer trimestre de 2007, fue presentado por el investigador del Idesa Jorge Colina en el panel sobre “Inequidad e Ineficiencia del Sistema Sanitario”, en el marco del X Congreso Argentino de Salud. En ese contexto, Colina alertó sobre la utilización “ineficiente” de los recursos del sistema sanitario, en particular respecto de la aplicación del Programa Médico Obligatorio.

Ese programa asegura que todos los habitantes del país tengan la cobertura de un hospital público. O al menos lo pretende. La cuestión es que, en muchos casos, los sectores más pudientes de la sociedad “además de tener el hospital público, también poseen obra social y medicina prepaga”, según problematizó Colina. De esa forma, esa población alcanza tres programas médicos obligatorios y ocupa parte de los recursos destinados al sistema sanitario público, que no se terminar de repartir entre aquellos sin acceso a ningún tipo de seguro pago. “De allí lo ineficiente del sistema”, sentenció al respecto el especialista, en su disertación.

Según se precisó en el Congreso, 15 millones de argentinos poseen cobertura sanitaria provista por 290 obras sociales dependientes de la Superintendencia de Servicios de Salud. Otros 6 millones son parte de alguna de las 24 –una por provincia más una por la Ciudad de Buenos Aires– de la Confederación de Obras y Servicios Sociales Provinciales. Otro millón y medio depende de obras sociales del Ejército, la Armada, el Servicio Penitenciario, la Policía Federal y el Poder Judicial. Alrededor de 3 millones están en PAMI y 500 mil en el Programa Federal de Salud. Además, 3,5 millones tienen contratado un servicio de medicina prepaga.