¿Quién vigila la vigilia de los vigiladores? En un country próximo a Luján un vigilador fue detenido, descalzo y con la cara ensangrentada, acusado de intentar estrangular a una de las vecinas del barrio privado. Estaba descalzo porque así, para no hacer ruido, había ingresado en la casa de la víctima; la cara ensangrentada, porque la mujer, lejos de paralizarse, se defendió con sus uñas hasta que el vigilador huyó despavorido. Cuando la policía lo encontró, adujo que alguien le había ofrecido 30.000 dólares y también había amenazado a su familia para que matara a la mujer, que tiene 35 años y se dedica a la exportación de caballos pura sangre.

A la 0.50 de ayer, María Amanda González Filgueira, de 35 años, dormía, en su casa del country Santa Catalina, situado en Ruta 6 y acceso a Open Door, partido de Luján. De pronto, un cuerpo espeso cayó sobre el suyo y algo agarró su cuello, unas manos que la estrangulaban.

Pero resultó que María Amanda, quizá porque su trabajo es comercializar caballos pura sangre destinados a la exportación, sabía cómo tratar a las bestias. Con sus manos, libres mientras las del agresor aferraban su cuello, buscó la piel del otro, le encontró la cara. Usó las uñas como cuchillos; sintió que la presión en su cuello se aflojaba y lastimó más. Un momento antes de que el hombre se cubriera las mejillas con las manos, ella reconoció esa cara: era el vigilador del country. El hombre huyó, y ella llamó a la policía.

Veinte minutos después, en su garita de vigilador, a 120 metros de la casa de González Filgueira, fue detenido Maximiliano Andrés Massone, de 21 años: su cara estaba marcada por profundos rasguños y estaba poniéndose los borceguíes que, admitió, se había sacado para entrar en la casa (de fácil acceso, bajo la “seguridad” del country) sin hacer ruido.

“Al ser detenido, Massone nos dijo que le iban a pagar por matar a la mujer, y que lo habían amenazado con matar a su familia si no lo hacía”, contó el teniente Víctor Estevena, jefe del destacamento Open Door. Según otras fuentes, el acusado afirmó que le habían ofrecido 30.000 dólares por el crimen. De todos modos, “eso puede ser una mentira para mejorar su situación procesal”, sostuvo Estevena. En rigor, tal confesión empeoraría la situación procesal del acusado.

Según el relato de María Amanda, el agresor “fue directamente a matarla; se le tiró encima y empezó a estrangularla”.

Massone no robó nada de la casa de González Filgueira ni le preguntó a ella dónde tenía dinero o valores. De todos modos, según otra fuente de la investigación, “es posible que el vigilador haya entrado a robar pensando que la casa estaba vacía: al descubrir a la mujer, reaccionó con violencia”.

El caso, caratulado como “Tentativa de homicidio”, es investigado por la Unidad Funcional de Instrucción 14, de Luján, a cargo del fiscal Leandro Marquiegui.