Un juez de instrucción de Santiago del Estero ordenó ayer la detención de más de una docena de guardias del penal que el 4 de noviembre pasado fue escenario de un incendio, luego del cual murieron oficialmente 35 presos y otros dos permanecen como no identificados. Respecto de las detenciones, existían diferentes versiones que no pudieron ser confirmadas por hallarse la causa en secreto de sumario: unas mencionaban que se trataba de 13 y otra 16 los guardias imputados y detenidos. A medida que fueron detenidos eran trasladados a la jefatura policial. Se los acusa de “abandono de persona seguido de muerte, homicidio culposo e incumplimiento de los deberes de funcionario público” (todos delitos excarcelables). Por otra parte, los presos que fueron retornados al penal incendiado están en huelga de hambre luego de que las nuevas autoridades (enviadas por el Servicio Penitenciario Federal) negasen las habituales visitas de Nochebuena y Año Nuevo.

Según fuentes judiciales, el juez en lo Criminal y Correccional de Cuarta Nominación, Ramón Tarchini Saavedra, ordenó la imputación y detención por el incendio del pabellón 2 de la Cárcel 1 de Varones. Antenor Ferreyra, de la APDH santiagueña, afirmó que cuatro guardias fueron detenidos imputados como “autores materiales del incendio”, aunque por el momento rige el secreto de sumario sobre la causa. La versión coincide con la relatada por buena parte de los presos sobrevivientes y que pertenecían a los pabellones contiguos. Según esa versión, los guardias arrojaron una almohada en llamas desde fuera. La versión oficial sostiene que fueron los presos quienes iniciaron el incendio al quemar los colchones de poliuretano, que no son ignífugos pese a que el incendio del penal de Magdalena, dos años antes, y el de Cromañón, indicaban que ese material desprende un gas venenoso.

Los organismos de derechos humanos mostraron su preocupación por la falta de diálogo con el gobierno local, que había prometido la formación de una comisión investigadora que los incluya y que por el momento ni siquiera fue convocada. Los presos, por su parte, mantienen una huelga de hambre luego de que las autoridades del penal limitaran las visitas durante las fiestas hasta las 18. Normalmente, los reclusos pasaban la Nochebuena y despedían el año junto a sus familiares. Antes del incendio que acabó con la vida de los 37 internos, en un pabellón donde la mayoría estaba procesado pero sin condena, los reclusos se habían amotinado en protesta por el recorte en el horario de visitas y el maltrato propinado durante la requisa hacia las mujeres que los visitaban, a quienes obligaban a desvestirse.

Luego de la tragedia, el lugar fue virtualmente intervenido por el director del Servicio Penitenciario Federal, Alejandro Marambio.