“En las actuales circunstancias es imposible llegar al estado de bienestar que alguna vez (a fines de la década del cuarenta) llegamos a tener en el país respecto de la infancia. Pero al menos tenemos que exigir que todas las familias tengan, al menos, un ingreso que esté por encima de la canasta de pobreza.” Alberto Morlachetti, coordinador nacional del Movimiento Chicos del Pueblo, le dijo a Página/12 cuáles son los presupuestos mínimos del reclamo a los gobernantes que se hará efectivo a partir de mañana, en Rosario, con el lanzamiento de la Campaña 2008 Contra el Hambre, que organiza la institución. “Cuando yo era chico, cuando Eva Perón estaba en un lugar de poder, más allá de toda connotación política, fue el nacimiento del estado de bienestar que luego echó por tierra el desarrollo salvaje del capitalismo, que ya había sido anunciado mucho antes por Carlos Marx.”

El lanzamiento de la campaña se hará hoy en el Centro Cultural de La Toma, ubicado en Tucumán 1349, en la ciudad de Rosario. El 11 de abril se hará un acto en Buenos Aires, en la Iglesia de la Santa Cruz, y luego habrá otra actividad similar en Mar del Plata. Hasta fin de año seguirán los actos y movilizaciones en ciudades de todo el país, para luego culminar, cerca de la Navidad, con una concentración en la Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno.

“Yo digo que el hambre es inexplicable en la Argentina, un país que es el quinto exportador de cereales del mundo”, afirmó Morlachetti. “Yo no creo que podamos retornar al sistema de bonanzas que vivía yo en mi niñez, cuando los chicos éramos ‘los únicos privilegiados’, cuando a los pibes nos regalaban la pelota de tiento o cuando las familias recibían una máquina de coser”, aclaró en alusión al pedido que se formula hoy a través de la marcha nacional de los Chicos del Pueblo.

“Lo que podemos exigir ahora, en el actual desarrollo del capitalismo como productor de pobres por excelencia, es pedir que el Estado invierta unos tres o cuatro mil millones de dólares anuales, que pueden surgir de las regalías mineras, por ejemplo, para atender a las familias pobres y garantizar que en cada una de las casas ingrese, como mínimo, el importe mensual de la canasta de pobreza.” Morlachetti afirmó que siente una conmoción cada vez que toma conocimiento de las estadísticas que dicen, por ejemplo, que “en la Argentina mueren 25 chicos por día por causas que son evitables o que en algunas provincias, como Formosa, el nivel de la mortalidad infantil llega al 30 por mil”.

“Nosotros estamos buscando salidas de emergencia, medidas que sirvan para terminar con este genocidio de los chicos del pueblo. No queremos ni un pibe menos y decimos que el hambre es un crimen.”