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“¿Cómo no atendés el teléfono? La puta que te parió. ¿Le estás chupando la pija al negro? Puta asquerosa.” Este es el tono de los mensajes que José Arce le dejaba en el celular a Rossana Galliano. Es parte de la evidencia del caso y demuestra los niveles de agresión y violencia que el viudo ejercía sobre su ex mujer. El hombre se mantuvo ayer fiel a sí mismo: cuando lo estaban por detener daba declaraciones ante las cámaras de televisión para decir que es inocente.

Tal como anticipó en exclusiva Página/12 en febrero de este año, los abogados de la familia Galliano, Roberto Babington y Víctor Stinfale, presentaron un escrito de cien páginas en las que detallaron las pruebas contra Arce. Esta es la enumeración:

- En el momento del crimen, Arce llamó a Rossana al celular y no al teléfono de línea de la casa de El Remanso. Como Rossana nunca tenía señal en la casa –algo que Arce conocía de memoria–, salió a la galería. Allí la asesinaron con dos balazos en la espalda.

- La coartada de Arce es que a esa hora estaba en el hospital de Pilar llevando a su hijo al médico. Andrés Zaracho, el cuidador del campo de Arce, dice que el ex marido de Rossana le pidió que lo acompañara al hospital, algo totalmente inusual. Zaracho afirma que le pareció raro y la familia de Rossana concluye que lo llevó para certificar su coartada.

- Cuando le preguntaron a Arce para qué llevó a Zaracho al hospital, la respuesta fue, como mínimo, extraña. La vocera fue su madre y explicó que llevó a Zaracho por si había problemas de estacionamiento, algo impensado allí.

- Además, no se trataba de un caso de urgencia. El chico tenía anginas y, por otra parte, fue llevado a un médico particular unas horas antes. La familia de Rossana sugiere que incluso la concurrencia al hospital fue para sembrar la coartada.

- La reacción de Arce está igualmente bajo sospecha. Cuando le dicen que le dispararon a Rossana no se inmuta. Ni siquiera se lo comentó a Zaracho. Tras cartón, pidió un remise y envió a su hijo Andrés y a Zaracho de regreso al campo. Lo asombroso es que no se dirigió a El Remanso, donde habían matado al supuesto amor de su vida, sino que concurrió a la comisaría de Robles. Los padres de Rossana suponen que quiso fortalecer todavía más su coartada.

- En la comisaría produjo otro hecho llamativo. Se ofreció a entregar su celular como prueba, sin que se lo hubieran pedido.

- Para los padres de Rossana, todos los movimientos de aquel día demostrarían que Arce mandó a matar a Rossana y quería, sea como fuere, demostrar que no estaba en el lugar del asesinato.

- En el escrito, los abogados Stinfale y Babington hacen un relevamiento de los episodios de violencia de Arce contra Rossana, incluyendo cinco constancias judiciales. Las denuncias de agresión empezaron el 28 de diciembre de 2005, hubo otra el 19 de junio de 2006, la tercera el 27 de junio de 2007 y una pericia médico forense realizada dos días más tarde. En ese estudio los médicos corroboran que Rossana tenía una hematoma de dos centímetros por cinco, “producto de choque o golpe con un elemento de superficie dura y rugosa, excoriación en dorso de ambas manos que data de una a tres días, producto también de golpes con superficie dura y rugosa”.

- En el escrito judicial, los padres recuerdan que Arce fue excluido del hogar por el juzgado de paz de la zona.

- Hay un largo listado de testimonios de las agresiones, pero tal vez el más independiente es el de la dueña de un locutorio, cercano a la casa de Rossana. Es que Arce tenía inhabilitada la línea de Rossana para hacer llamadas hacia fuera, por lo que la joven tenía que recurrir al locutorio. Dice la testigo Nicoletti que Arce agredía a su ex mujer y que incluso una vez la corrió hasta el locutorio. También hay varios testimonios sobre las amenazas. Por ejemplo, existe una grabación del mensaje de voz citado arriba que Arce dejó en el teléfono de Rossana cuando hacía rato que estaban separados.

- La familia de Rossana entiende que hubo una primera tentativa de asesinar a la joven el 14 de octubre de 2007, cuatro meses antes del homicidio. Dos personas le cruzaron un auto a Rossana en pleno campo, a metros de la propiedad de Arce, llamada La Dulzura. Estaban encapuchados. El lugar ni siquiera tiene calles y no hay antecedentes de robo de autos en un sitio de esa naturaleza. Rossana alcanzó a bajarse y se metió en el campo de Arce, escapándose de los dos individuos. Le robaron un Fiat Palio y Arce le sugirió que hiciera una denuncia livianita, sin mencionar que la habían asaltado a mano armada.

- Las pericias psiquiátricas son lapidarias. Una de ellas afirma que Arce había emprendido una escalada de violencia contra su ex mujer.