A la hora de evaluar la calidad de trabajo al que es posible acceder, curiosamente la mayor diferencia no se registra entre jóvenes y adultos. En cambio, el factor más notable que surge en las investigaciones del Observatorio de Deuda Social, dice Agustín Salvia, no son las edades, sino las condiciones “socioeconómicas y socioculturales” de quienes acceden a un empleo o están en busca de uno. “En el caso de los jóvenes, estas diferencias son aún más marcadas que las que también se observan entre adultos de distintos estratos sociales.” En todos los casos, incluso durante los períodos de mayor demanda de empleo, las mayores desigualdades en materia de oportunidades de empleo tienen lugar dependiendo menos del nivel de educación del joven y mucho más de su origen socioeconómico familiar. En ámbitos tal vez más cercanos a la clase media y sectores acomodados, por otra parte, Iaies y equipo señalan todo lo contrario: “El presente ancla más que el pasado, la idea de ‘hoy soy esto’, más allá de ‘de dónde vengo’”.