En las carreras realizadas hasta ahora, las patinadoras no sólo son cada vez más, sino que también son mayoría. El predominio es claro: el 75 por ciento de las competidoras fueron mujeres. El dato “es atípico” en comparación con lo que sucede en el exterior, cuenta Ferraiuolo, el organizador del circuito: “En Estados Unidos, la proporción es de 40 por ciento mujeres y 60 de hombres, en Asia pasa algo parecido. Esto sólo pasa en nuestro mercado”. Por eso, “las marcas buscan llegar a las mujeres”.

La feminización del roller en Argentina es tan marcada, cuenta Soledad Escandón, responsable de la revista Tiempo de roller (ver aparte), que por la calle los varones suelen pasarla mal al principio. “Les gritan cosas. Yo patino con mi marido, por ejemplo. Los dos tenemos experiencia, ya no nos incomoda tanto, pero en la calle siempre algo sobre su virilidad le dicen. Es como si no resultara natural que un hombre patine.” Puesto a imaginar razones, Ferraiuolo tiene una hipótesis: “Tal vez aquí esté tan afianzado el patín artístico en los clubes como práctica de chicas que hoy se asume que el roller es para las mujeres”.

Pero sea mujer o varón, el perfil de quien practica roller está, también, marcado por otras señas particulares: más del 60 por ciento tiene entre 21 y 40 años; y suelen definirse como un público habituado al consumo tecnológico y de moda.