El caso de Lucas Ivarrola –el chico asesinado la semana pasada en la localidad de Moreno, en otro caso de justicia por mano propia– tiene tres detenidos. La fiscal de la causa, María Gabriela Urrutia, explicó a Página/12 que en un plazo de entre 15 y 30 días “se efectuarán las pericias de todos los elementos incautados” y, como paso posterior, podría pedir la “prisión preventiva de acuerdo con lo que se vaya encontrando en este tiempo de investigación”.

“Pedí el viernes al juez de Garantías la detención de los sospechosos y la concedió. Los tres ya estaban aprehendidos. Ahora estamos haciendo las pericias balísticas y químicas”, relató Urrutia.

Lucas Sebastián Ivarrola, de 15 años, había desaparecido el lunes 26 de junio por la tarde. Ese día, alrededor de las 17.30, se encontraba en la casa de un vecino en un barrio del partido de Moreno. De repente, según los testimonios, los hermanos Carlos, Jorge y Oscar Romero ingresaron en la casa por la fuerza y comenzaron a increpar al joven. Dos de ellos son suboficiales de la Armada. Lo acusaron de haber robado un televisor. Lucas dijo que no tenía nada que ver.

El joven fue secuestrado y llevado en un Falcon verde y luego apareció asesinado de tres balazos, uno de ellos en la nuca, y calcinado, en un descampado de la localidad bonaerense de Luján. Los imputados fueron identificados por los vecinos como quienes se habían llevado cautivo al chico. Jorge Romero, cabo primero de la Armada, confesó ser el culpable y exculpó a sus hermanos. Pero las pericias prueban que en el crimen participó más de una persona.