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Voceros de la Gendarmería y de la empresa Transporte Metropolitano Roca (TMR) aseguraron a este diario, en forma coincidente, que “no tenían ninguna información” acerca de los “presuntos abusos” cometidos por personal uniformado. El portavoz de la Gendarmería anticipó que “en caso de ser cierto” lo denunciado “se tomarán medidas administrativas contra los involucrados y no se va a dudar en pasarlos a degüello (sic) a los que hayan sido los responsables”. Más allá de la drástica figura utilizada, la medida sería “el pase a disponibilidad” en forma inmediata.
El vocero de la fuerza de seguridad recordó que esta semana se habilitó un número telefónico gratuito, el 0800-888-8804, que sirve tanto para denunciar robos u otros delitos cometidos en los trenes como aquellos actos de arbitrariedad cometidos por los gendarmes.
La fuente de Metropolitano sostuvo que no han recibido denuncia alguna, aunque el caso de Sebastián está asentado en el folio 47.542 del Libro de Quejas de la empresa. “Vamos a constatarlo y vamos a tomar las medidas que fueran necesarias; nosotros aprobamos el convenio con Gendarmería para dar seguridad y no para amedrentar a los usuarios”, resaltó el vocero. El servicio de vigilancia a cargo de Gendarmería comenzó en marzo y se cumple en el horario de 5.30 a 22, de lunes a domingo.
El control lo realizaban dos gendarmes por tren, pero desde el 20 de mayo, que es cuando comenzaron los atropellos, la guardia fue reforzada. A partir del asesinato de los dos piqueteros en la estación Avellaneda, la presencia uniformada se hizo más discreta.