Desde Rosario

La tregua duró solamente un día. La lluvia que no dejó de caer en toda la jornada de ayer llevó los niveles de precipitación, desde que comenzó el temporal, a principios de la semana, a cifras históricas. Sin tiempo para que el agua escurra, la humedad en la tierra provocó derrumbes de barrancas, que se cobraron las primeras víctimas fatales. Dos personas fallecieron, mientras otra continuaba desaparecida anoche, después de que cayeron al río, tras el derrumbe de una precaria vivienda. Personal de Prefectura había podido rescatar a una mujer y a sus tres hijos, de 6, 7 y 8 años, que también vivían allí. Un hombre murió ahogado al caer de un gomón.

La casilla ubicada en la barranca, a la altura de calle Moreno, quedó totalmente destruida. Restos de chapas, plásticos y pilotes quedaron esparcidos a un costado del muelle que habitualmente utilizan los pescadores, una de las tareas que desarrollaba José Alberto Colomé, de 24 años, una de los personas fallecidas ayer. Lo único que quedó estable sobre una de las chapas que flotaban al final de la barranca era el cartel que anunciaba la venta de sábalos.

En la vivienda, junto a Colomé, se encontraba otro muchacho llamado Marcos, de 20 años, que también cayó al río y fue el primero de los cuerpos rescatados por personal de Bomberos que trabajaba en el lugar; mientras que su compañera, llamada Natalia, aún continuaba desaparecida. La madre de Colomé, que esperaba noticias junto a un familiar, en el Parque de las Colectividades, dijo que “yo sabía que algo iba a pasar. El también sabía que corría riesgo ahí. Pero era su vida. José se dedicaba a la pesca y también cuidaba autos”.

La madre del muchacho accidentado agregó que en la misma casa vivía su sobrina Rosa Noemí, de 14 años, y un hermanito de ella. “Mi sobrina también vivía acá. Ella dormía arriba con el nene; y anoche vino a dormir a mi casa; si no, ella estaría muerta con la criatura”, precisó la mujer, mientras Rosa comentaba que se había salvado “de milagro”.

El comisario Néstor Arismendi, titular de la seccional 3ª, explicó que el accidente ocurrió cuando “la tierra cedió, producto del temporal, y lamentablemente la casa era bastante precaria y han quedado aprisionados los cuerpos entre los durmientes, las chapas y el hormigón”.

Sobre la situación de los otros pescadores que habitan por la zona, el comisario manifestó que “hay seis o siete habitantes más de la barranca, en todo lo largo, y el juez Correccional de la 7ª Nominación extendió la orden por escrito de proceder al desalojo compulsivo. No se ha llegado a tal medida pero sí hemos notificado a todos que no pueden estar y se retiraron los niños y las mujeres. Se van a quedar sólo los hombres, sobre la barranca, al cuidado de la propiedad y sus bienes muebles que están en el interior”.

Mientras, un oficial tomaba contacto con Defensa Civil para informar del derrumbe de la barranca donde están situados los clubes de pesca, otro signo de la gravedad de la situación originada por el temporal.

La tercera víctima mortal es un hombre que cayó al agua mientras se desplazaba en un gomón para alejarse de la zona anegada. El hombre, identificado como Sergio Francia, de 35 años, se desplazaba con otras dos personas, que lograron salvarse cuando cayeron en la zona del arroyo Saladillo.

Las lluvias que cayeron en forma continua los últimos cinco días complicaron la situación de pobladores de zonas ribereñas y terrenos bajos. Asimismo, la caída del viaducto Coronda Segundo, en el sur de la provincia de Santa Fe, por la presión del agua acumulada, provocó el corte del tránsito sobre la ruta provincial 11, entre las localidades de Arocena y Coronda. También hubo desmoronamientos en terrenos y viviendas de la localidad de Granadero Baigorria, vecina a Rosario, donde una beba de 7 meses resultó herida.

En Santa Fe, el gobierno de Jorge Obeid precisó que había “32 mil personas evacuadas”, más de 20 mil en la capital, donde se instaló el comité de crisis provincial junto al ministro de Salud, Ginés González García, y su par de Desarrollo Social, Alicia Kirchner. En las escuelas de Rosario y Santa Fe no se dictaron clases, ya que las instalaciones se utilizan para albergar evacuados.