“Cuando un controlador sostiene que los militares quieren seguir manejando el tráfico aéreo, se trata de una proyección, en el sentido psicológico del término” (N. de la R.: atribuir a otro actitudes o impulsos propios). Así lo manifestó un vocero del Ministerio de Defensa, y subrayó que “ningún militar tiene la disposición ni la capacidad de modificar la decisión de traspaso a la autoridad civil: la unidad ejecutora de la transferencia está presidida por el secretario de Transporte, tiene dos funcionarios de ese organismo y dos del Ministerio de Defensa: no hay en ella ningún militar”.

El vocero señaló que “luego del traspaso, es posible que gran cantidad de militares, entre ellos muchos controladores, pidan el retiro y pasen a la órbita civil, pero no habrá ningún control militar. Entretanto, en el país hay una autoridad aérea, que, hasta que deje de serlo, es el Comando de Regiones Aéreas. Y hay normas operativas de ordenamiento de la autoridad en la torre de control, que fueron reclamadas por la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI): algunos operadores han sido relevados y están siendo investigados por incumplimiento de normas profesionales; no es porque se le haya ocurrido a un funcionario. La referencia de César Salas a Germán Montenegro (ver nota principal) es un ataque personal y prejuicioso”.