Durañona y Vedia fue uno de los miembros del máximo tribunal penal del país denunciado el año pasado por supuestas demoras en el trámite de causas relativas a delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar.

"La denuncia no tiene que ver, yo ya me defendí el año pasado y tengo la conciencia tranquila porque si hubo una demora en todo caso es atribuible a otra sala, que había salido sorteada y de donde nunca debieron irse estas causas", explicó Capolupo en su despacho del primer piso de los tribunales federales de Retiro.

La magistrada se refería a las causas por delitos de lesa humanidad cuyos incidentes se tramitan en Casación. Según dijo, la dimisión es "con fecha de hoy por razones de salud" y se hará efectiva apenas el Gobierno la acepte. Capolupo de Durañona y Vedia fue nombrada en Casación desde la creación de esa instancia en 1992 pero ingresó como "meritoria" a la Justicia en 1968. En la misiva de renuncia dirigida a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la camarista aludió a su "larga trayectoria" que abarcó casi la totalidad de su "vida adulta" y consideró "haber cumplido la tarea encomendada" en la Justicia.

"Dios guarde a la señora Presidenta", concluyó el texto de media carilla de renuncia en el que aludió a la jubilación ya concedida y a su estado de salud.

Hace un mes, la camarista pasó cinco días en el Instituto del Diagnóstico por un pico de presión sufrido en su horario laboral, episodio que se sumó a dos internaciones anteriores. Capolupo integra la sala IV del máximo tribunal penal del país y fue una de las cuestionadas ante el Consejo de la Magistratura, junto al ya renunciado Alfredo Bisordi y a sus colegas de sala Eduardo Riggi y Gustavo Hornos.

Bisordi presentó su renuncia el mes pasado pero todavía sigue trabajando debido a que el Gobierno no se pronunció al respecto. Capolupo había trabajado siempre en la Justicia civil hasta que fue designada en Casación, el máximo tribunal en materia penal.

"No sé nada sobre derecho penal, pero voy a aprender", dijo poco antes de que el Senado aprobara su pliego, el 18 de noviembre de 1992. Capoluppo estaba casada con el diputado de la Ucedé, Francisco de Durañona y Vedia, quien durante el gobierno de Carlos Menem se desempeñó como interventor de la provincia de Corrientes. La camarista es madre de cinco hijos, tiene cuatro nietos y uno en camino, una de las "principales razones" que la impulsó a renunciar para preservar su salud, argumentó hoy.