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El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, reafirmó la reforma previsional, y sindicatos respondieron con la convocatoria dentro de dos semanas a otra jornada de huelgas y protestas como la que ayer movilizó a más de un millón de personas en toda Francia.

El mandatario conservador dijo estar "atento a las preocupaciones expresadas" por la gente que marchó ayer, en más de 200 ciudades, contra la suba en la edad jubilatoria, pero agregó también que está "fuera de discusión" dar marcha atrás con el plan.

"Esta es la mejor solución para hacer frente al agujero financiero en la caja de la seguridad social causado por el aumento de la expectativa de vida en el mundo desarrollado y es la que también han adoptado otros países", dijo Sarkozy durante una reunión con sus ministros, según informó la Presidencia en un comunicado.

El redoble de apuesta de Sarkozy llegó un día después de que una huelga masiva perturbara gravemente el transporte y las clases en todo el país. Los sindicatos aseguran que 2,5 millones de personas se manifestaron para rechazar la reforma, mientras que la policía estimó que fueron 1,1 millones.

Envalentonados por la participación de ayer y horas después de las declaraciones de Sarkozy, seis sindicatos anunciaron hoy un "gran día de paros y manifestaciones" el 23 de septiembre.

La reforma es vista como una piedra angular de la agenda política de Sarkozy y un test para sus posibilidades de presentarse a la reelección en las elecciones de 2012.

Los sindicatos dicen que el proyecto es una amenaza a conquistas sociales ganadas con lucha denodada y quieren que se suspenda.