Para Berlusconi la acusaciones de prostitución de menores durante las veladas privadas que organizaba en su residencia milanesa son "risibles, infundadas y locas". Sin embargo, el miércoles pasado no asistió al llamado a juicio en la causa en la que también se lo acusa de abuso de poder, al haber intervenido ante la policía para que liberaran a Ruby tras ser detenida por robo, aduciendo que era la sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak.

Tras las declaraciones que el primer ministro realizó a la prensa escrita acreditada a las audiencias judiciales, admitió indirectamente que la joven se prostituía. Y aprovechó para criticar el método empleado por los fiscales para demostrar las acusaciones: "Un país civilizado no utiliza escuchas telefónicas, porque pueden ser manipuladas".

Además, Berlusconi calificó de "paradójicas" las acusaciones de prostitución y abuso de poder que se le imputan en el caso "Ruby", ya que "la chica ha aclarado, jurado y firmado que nunca recibió insinuaciones por mi parte", apuntó el premier.

Il Cavalieri fue recibido por cerca de decenas simpatizantes al grito de "¡Silvio, resiste!" a la entrada de los juzgados, momento que el mandatario aprovechó para despacharse contra la Justicia. El 28 de marzo pasado, Berlusconi se había presentado ya ante el tribunal por el juicio Mediaset.

La situación judicial de Il Cavaliere se complicó desde que el pasado 13 de enero la Corte Constitucional anulara parcialmente, hasta octubre, la ley que le garantiza la inmunidad como jefe de gobierno.

"Se trata de procesos increíbles, montados para cubrir de fango a un adversario", declaró Berlusconi a la salida del tribunal, dirigiéndose directamente a la prensa. "Esta magistratura trabaja contra el país", clamó el jefe de gobierno quien acusó de nuevo a los jueces de "ser politizados y de izquierda".

Para Berlusconi, la reforma de la justicia que programa el gobierno conservador tiene como objetivo "evitar que la justicia se convierta en un arma de lucha política". "Esta es la 2.566 audiencia a la que asisto. Nadie en el mundo ha tenido que enfrentarse a un número tan elevado", exclamó.

Para la oposición de izquierda se trata de "simpatizantes remunerados" para favorecer el show preparado por el jefe de gobierno para desacreditar la justicia italiana y justificar una controvertida reforma que garantiza la prescripción de los delitos de los que debe responder.