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El titular de la UCR explicó que "hay algunas cuestiones que están frenando el avance que nosotros quisiéramos protagonizar" para subrayar la espera por la definición en Santa Fe hasta el domingo próximo de las primarias entre el candidato del gobernador Hermes Binner y Rubén Giustiniani. "La UCR no tenemos chance de seguir avanzando y concretando con el socialismo", apuntó.

Sobre las alianzas en el territorio bonaerense, que fueron criticadas por los partidos del frente progresista, indicó que "con Francisco De Narváez hubo algunas conversaciones extraoficiales que alientan la posibilidad de conversar con los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, porque lo de De Narváez es un problema de ese distrito", intentó despegarlo del armado nacional.

En ese marco, precisó que en "reuniones extraoficiales entre amigos correligionarios y amigos de De Narváez, dicen que tenemos grandes chances de que De Narváez acompañe la candidatura de Ricardo Alfonsín a la presidencia de la Nación".

Por otra parte, aclaró que no hay reuniones programáticas "con la gente del PRO", aunque señaló que "si ellos deciden adherir a la candidatura de Alfonsín no le vamos a pedir el ADN a los que quieran votarlo".

Consultado por el diario El Tribuno sobre si cree que la presidenta buscará su reelección en octubre, aseguró estar "convencido que es la única candidata que tienen (el Frente para la Victoria). Además, faltan quince días para cerrar las listas. ¿Cómo van a definir?".

Sobre los mensajes de la presidenta en torno a su futuro político, sostuvo que "está haciendo política todos los días con la gestión. No necesita decir 'yo soy la candidata', ella está en el gobierno. Los que necesitamos definir somos los de la oposición para darle certezas a la gente".

Rozas también señaló que "Cristina sabe que hoy el sindicalismo está muy cuestionado y le viene bien aparentar un distanciamiento con los sindicalistas. Por eso está exacerbando ese distanciamiento". Y resaltó: "Todos sabemos que cuando termine la elección las cosas volverán a la normalidad y la CGT va a convertirse no en un organismo de defensa de los trabajadores sino en un apéndice del partido peronista de gobierno".