También el tráfico aéreo se vio afectado: los controladores realizaron una huelga en protesta por sus recortes salariales, que según el sindicato que los representa, los ahorros en el sector no son necesarios, porque sus sueldos no son percibidos desde el Estado, sino que se financian a partir de las tasas que cobran las aerolíneas.

Por su parte, los taxistas, que protestan contra los planes del gobierno de abrir su profesión a la competencia, planean un paro de 48 horas esta semana. El líder del gremio de taxistas Attica, Thymios Lyberopoulos, dijo al diario "Kathimerini" que el sector no cederá en sus demandas, pese a las fuertes pérdidas que les causó el paro de tres semanas en pleno agosto.

La semana pasada el gobierno anunció nuevas medidas de austeridad que podrían suponer el despido de 30 mil trabajadores públicos y nuevos recortes de pensiones para asegurar un nuevo tramo de fondos internacionales y evitar la quiebra.