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Los rehenes asesinados fueron el coronel Edgar Yesid Duarte y el mayor Elkin Hernández Rivas, ambos de la policía y secuestrados el 14 de octubre de 1998; además del sargento del ejército José Libio Martínez, retenido el 20 de diciembre de 1997; y el intendente de la policía Alvaro Moreno, secuestrado el 9 de diciembre de 1999.

La asociación de parientes de los retenidos (Asfamipaz), emitió un comunicado en el que expresó su "indignación" por lo ocurrido y estimó que el hecho es una "masacre" de la "esperanza de estos interminables años" de espera de los retenidos. Culpó tanto al gobierno Santos como a las FARC del crimen, porque el primero "no respetó la postura de las familias de no hacer un rescate a sangre y fuego" y a los segundos por su actitud "intransigente" y por no querer "ceder un ápice para que esta tragedia no ocurriera".

"No solo los han matado a ellos -añade el texto- sino nuestras ilusiones de volverlos a ver y a abrazar vivos y libres, han invalidado la incansable lucha de madres, padres, hijos y familiares, a quienes nos han desposeído del derecho a tenerlos con vida."

Por su parte, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, excusó que la fuerza pública tiene "la legitimidad y la obligación constitucional" tanto de defender a los colombianos como de adelantar "operaciones militares y policiales" para buscar la libertad de los retenidos.

En la misma línea, el presidente Santos manifestó que "los únicos responsables de esa acción vil, de ese crimen de lesa humanidad, son las FARC", advirtió que ese grupo ahora intentará culpar del hecho a los militares y prometió combatir a esa organización "con más determinación". "Decirle a las FARC que lo único que esto hace es inyectarle a nuestra fuerza pública más determinación para seguir combatiéndolos con todo lo que está a nuestro alcance", concluyó.

Según el relato del gobierno, desde hace 45 días las tropas adelantaban la búsqueda de varios retenidos en Caquetá, que el viernes en la noche hallaron el rastro del lugar donde los tenían y que en la mañana de hoy entraron en combate con el grupo que los cuidaba. Tras el enfrentamiento, los militares llegaron al lugar donde estaban los retenidos y hallaron sus cuerpos, tres de ellos con "disparos en la cabeza" y el otro "con disparos en la espalda". "Fueron vilmente asesinados con tiros de gracia. Había cadenas en el sitio", agregó el ministro Pinzón.