El candidato socialista y favorito a la elección presidencial estimó que el problema de Francia no la inmigración a secas sino un número excesivo de inmigrantes en situación irregular. "No hay demasiados inmigrantes en situación legal en Francia", apuntó contra Sarkozy, a quien señaló como encargado del asunto en los últimos diez años por ocupar el cargo de ministro del Interior en los años posteriores a su presidencia.

"No podemos aceptar que hombres y mujeres vengan a instalarse en nuestro territorio, aunque estén empujados por el desamparo y la miseria, sin contar con las condiciones legales para ser recibidos", agregó el socialista.

El actual mandatario, que tenía en este debate su oportunidad de torcer las estadísticas que lo ubican como el perdedor en la segunda vuelta, acusó a Hollande de emplear "promesas vacías" y ante las críticas a su gestión retrucó: "¿Creen que fue fácil? Evitamos la desaparición de Grecia. Evitamos la implosión del euro".

El socialista le recriminó a Sarkozy las cifras de desempleo, que se duplicaron hasta alcanzar el diez por ciento, la deuda pública y el déficit comercial alcanzaron, que alcanzaron niveles récord. Frente a esas estadísticas, el mandatario conservador insistió con que gracias a su gestión se evitó un destino peor para el país. "Puede acusarme de muchas cosas, pero no de eludir mis responsabilidades", añadió Sarkozy.

Por momentos el debate subió de tono, por ejemplo cuando Sarkozy consideró que era una "mentira" la acusación de Hollande de que el actual presidente aplicaba exenciones tributarias a los más ricos.