Silvio Berlusconi manifestó que no pedirá un indulto presidencial porque ofendería su "dignidad", pero de todas maneras urgió a Napolitano a garantizárselo "sin un instante de vacilación". Sus declaraciones fueron descritas como "extremadamente graves, escandalosas en tono y contenido". Por lo tanto fue urgido a mantener sus protestas "dentro de los límites del respeto institucional y la legalidad debida y normal".

El expremier fue condenado a cuatro años de prisión por contabilidad fraudulenta pero se le descontaron tres años por una ley de 2006, por lo que sólo debería cumplir un año en arresto domiciliario o brindando servicios comunitarios por su edad avanzada.

Forza Italia, el recientemente rebautizado partido conservador de Berlusconi, prepara una protesta en las calles para el miércoles. Durante un evento partidario en Roma, el expremier aseguró la víspera que su condena y probable expulsión del Senado el 27 de noviembre implican un "golpe de Estado" y "homicidio político" y agregó que es "ridículo e inaceptable" que se vea obligado a realizar servicios comunitarios.