19:45 › "LíDER PRAGMáTICO"

Ariel Sharon fue enterrado con honores en la Franja de Gaza

El exprimer ministro israelí Ariel Sharon fue enterrado en su granja del desierto meridional del Neguev, en una ceremonia militar celebrada en medio de estrictas medidas de seguridad. Los palestinos lo recuerdan como "el carnicero de Beirut" por permitir en 1982 la matanza de cientos de compatriotas en los campamentos de refugiados de Sabra y Shatila a manos de una milicia libanesa durante la guerra del Líbano.

El sepelio estuvo encabezado por el jefe del Estado Mayor, Beny Gantz, quien junto con los dos hijos de Sharon, Gilad y Omri. "Arik (nombre con el que era conocido popularmente Sharon), el comandante. Los títulos que te han dado a lo largo de los años han sido muchos, pero creo que el de 'comandante' es el que mejor te describe", subrayó Gantz.

Los restos de Sharon, enterrados poco después de las 15, hora local, fueron sepultados según el rito judío junto con los de su esposa Lili, fallecida en 2000, en la Colina de las Anémonas, una parcela aledaña a la granja de los Sicomoros, cerca de la Franja de Gaza, propiedad del exdirigente israelí.

Poco antes, una veintena de mandatarios y una verdadera multitud había despedido al expremier en un acto en el Knesset (parlamento). En una ceremonia inusual para un expremier, Sharon, uno de los israelíes más detestados por los palestinos, fue homenajeado por las principales autoridades de su país y por excolaboradores y amigos de sus distintas etapas como militar y como político.

"Fuiste el hombro sobre el que se apoyó la seguridad de nuestro pueblo", dijo Shimon Peres, tras describirlo como "amigo, líder y un gran militar". Rival político de Sharon durante décadas y después su aliado en el partido centrista Kadima, el presidente israelí subrayó que "su vida está impregnada en la vida del Estado de Israel" y que "su huella está grabada en toda sus colinas y valles".

Un sentimiento opuesto prevaleció entre los palestinos, quienes lo recuerdan por décadas de represión y sangrientos ataques. Para ellos, la muerte del dirigente, quien falleció el sábado a los 85 años tras pasar ocho años en coma por un derrame cerebral masivo, provocó una mezcla de dolor y odio.

El primer ministro, Benjamin Netanyahu, en cambio, con quien Sharon tuvo amargas luchas políticas al frente del partido derechista Likud, destacó que fue un "líder pragmático". "A pesar de no coincidir siempre con él", el premier subrayó que debía reconocer que "su pragmatismo estaba sembrado de amor a Israel y al pueblo judío".

La ceremonia, de dos horas de duración, se celebró ante cientos de invitados en la explanada del Knesset, escenario de muchas batallas libradas por Sharon en su larga trayectoria como diputado, ministro y jefe de gobierno, un camino que comenzó en 1974 al dejar el ejército con el rango de general. En la ceremonia participaron veintidós representantes de gobiernos de todo el mundo. Estados Unidos estuvo representado por una delegación encabezada por el vicepresidente, Joe Biden, quien llegó esta mañana a Israel para los funerales.

"Cuando un Estado tan pequeño como Israel (...) pierde a un hombre como Sharon, es normal que se sienta como si hubiera muerto alguien de la familia. Y muchos de los estadounidenses aquí presentes hoy sienten lo mismo", dijo Biden. El vicepresidente contó algunas anécdotas personales y destacó que, "como los verdaderos líderes, tenía una estrella que mostraba el camino (...), un camino del que nunca se apartó y que consistía (en garantizar) la supervivencia de Israel".

El exprimer ministro laborista británico Tony Blair reconoció que "sus primeras entrevistas con Sharon fueron difíciles" porque al exprimer ministro "no le eran cómodas las situaciones protocolarias". En las reuniones oficiales, recordó, "solía leer listados y anotaciones, y repetir una y otra vez las posturas de Israel". Por ello, explicó, decidió invitarle a una cena privada en su casa en Londres, un evento fuera de protocolo para poder conocer "al verdadero Arik". "Vi entonces a una persona completamente distinta, cálida, con humor, un toque mágico y mucha pasión... por su país, por supuesto, pero también por su familia y por su casa de campo", recordó.

España, Alemania, Francia, Italia, Austria, Noruega, Bélgica, República Checa, Rumanía, Grecia, Chipre, Polonia, Hungría, Luxemburgo, Bulgaria, Suiza, Rusia, Canadá, Australia, China y Singapur también estuvieron presentes con delegaciones oficiales. Fue notable la ausencia de representantes de países de América latina y África, pero no llamó la atención la falta de asistencia de los países árabes, donde Sharon es considerado lisa y llanamente como un criminal.

Los palestinos, en particular, celebraron este fin de semana el fallecimiento del hombre al que llamaban "carnicero de Beirut" por permitir en 1982 la matanza de cientos de palestinos en los campamentos de refugiados de Sabra y Shatila a manos de una milicia libanesa durante la guerra del Líbano. Según una investigación israelí, llevada adelante por la Comisión Kahan, las Fuerzas de Defensa de Israel apostadas en el Líbano fueron indirectamente responsables de los hechos por no evitar las matanzas. Las Naciones Unidas calificaron la masacre como un acto de genocidio.

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El presidente israelí subrayó que "su vida está impregnada en la vida del Estado de Israel".
 
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