Miércoles, 3 de agosto de 2016 | Hoy
19:12 › EL TITULAR DE LA BANCARIA ASEGURO QUE BUSCARA RENEGOCIAR SALARIOS A PARTIR DE SEPTIEMBRE
“Si la inflación acumulada supera el 33 por ciento, el aumento salarial que acordamos, al día siguiente vamos a reclamar la reapertura de las paritarias para pedir la diferencia”, adelantó Sergio Palazzo. De acuerdo a las proyecciones eso ocurriría el mes próximo.
Con el objetivo de remediar el impacto que tiene la aceleración inflacionaria sobre la capacidad de compra, distintos sindicatos empezaron a anticipar que buscarán reabrir la discusión salarial para amortiguar la caída de los ingresos. “Si la inflación acumulada supera el 33 por ciento, el aumento salarial que acordamos, al día siguiente vamos a reclamar la reapertura de las paritarias para pedir la diferencia”, lanzó ayer el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo. De acuerdo a las proyecciones para la escalada de precios previstas por el gremio, ese escenario se alcanzaría a comienzos de septiembre. Como sucede con muchos convenios, la posibilidad de volver a reunir a las cámaras empresarias que nuclean a los bancos y al sindicato quedó estipulada en el acuerdo salarial firmado este año.
La paritaria bancaria se firmó a finales de abril en medio de una dura disputa entre el gremio y los representantes de las entidades nacionales, extranjeras y públicas. El acuerdo alcanzado tras varias jornadas de paro incluyó una mejora del 33 por ciento retroactiva a enero y contempló la reincorporación de todos los trabajadores cesanteados sin causa -el gremio denunció “persecución política”- por las nuevas autoridades del Banco Central y el Banco Provincia. El salario inicial para un trabajador bancario que se inicia en la actividad se fijó así en 20.517 pesos, integrado por un salario conformado de 19.631 pesos más un adicional por la participación en las ganancias extraordinarias del sistema financiero de 886,66 pesos. El aumento salarial se complementaba con una suma fija de entre 18 y 35 mil pesos por única vez en el Día del Bancario.
Pero además, el texto convenido entre las partes incorporó una cláusula para reabrir la paritaria en caso de que la inflación supere el porcentaje acordado: “En caso de alterarse sustancialmente las condiciones económicas del país, las partes se comprometen a reunirse para analizar la nueva situación planteada en el marco de la comisión paritaria que será convocada a solicitud de cualquiera de las partes”, reza el punto 16 del acuerdo. Con esa herramienta, el gremio que encabeza Palazzo prevé reclamar mejoras salariales adicionales para los 106 mil trabajadores del sector hacia comienzos de septiembre. A diferencia de otras actividades donde los empresarios rechazan validar mejoras en los salarios arguyendo una merma en sus ganancias, los bancos registraron una abultada transferencia de ingresos a su favor como resultado de la devaluación y la política monetaria del BCRA que permitió abultar sus niveles de rentabilidad.
A pesar del rechazo a la reapertura sistémica de las paritarias expresado por el Ministerio de Trabajo durante los gobiernos kirchneristas, existieron distintos casos de negociaciones complementarias, siempre con pago de sumas fijas, en gremios como Camioneros, UOM y Uocra, entre otros. Al iniciar el segundo semestre el Gobierno abandonó la promesa de prosperidad económica y, en su reemplazo, pasó a ofrecer la “desaceleración de la inflación”. Aunque entre los empleadores más relevantes del sector bancario están las entidades públicas como Banco Nación, desde la Casa Rosada consideran que la “reapertura” de las negociaciones corresponde a los privados (empresas y gremios). Así lo expresó la semana pasada el jefe de Gabinete, Marcos Peña, al repetir que “la apertura de las paritarias no es una cuestión del Gobierno, es una cuestión de los privados. En los próximos meses vamos a ver que bajará en varios puntos la inflación y lo más probable es que el salario le va a ir ganando en puntos a la inflación”. De acuerdo a las estimaciones del Instituto Estadístico de los Trabajadores, el poder adquisitivo de los trabajadores se contrajo 9,9 por ciento desde que Mauricio Macri asumió la presidencia. Pero, la implementación de la totalidad de las mejoras pactadas en paritarias permitirá amortiguar levemente el impacto durante lo que resta de 2016.
Al deterioro del poder adquisitivo, los despidos y suspensiones, la escena sindical está atravesada en su cúpula por otras dos problemáticas: la designación de las nuevas autoridades para encabezar la “reunificación” de la CGT y la negociación con la Casa Rosada por el financiamiento de las obras sociales. “La conducción de la CGT debe ser colegiada y contener a todos los sectores. Debe tener un perfil contra las políticas de este Gobierno. Son políticas que generan una inflación interanual por arriba del 40 por ciento y estancamiento, con despidos y suspensiones. La dirigencia sindical debe combatirlas”, consideró ayer Palazzo.
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