Mientras tanto, a raíz de los desbordes de los ríos Bermejo y Pilcomayo, miles de personas continuaban aisladas en parajes de los departamentos Orán y Rivadavia, donde la ayuda seguía llegando a través de helicópteros, y en Tartagal, merced al buen tiempo, se realizaban los trabajos para controlar la erosión del río homónimo.

El tránsito de autos y camiones sobre el río Seco comenzó a circular ayer por la tarde, de a uno por vez, con la excepción de los ómnibus que siguen cruzando por el badén, por razones de seguridad.

La obra, según explicó el intendente de Embarcación, Alfredo Llaya, se demoró "por culpa del mal tiempo, que impidió que consolidáramos los terraplenes de ambas márgenes para el tránsito de vehículos".

El puente ferroviario se acondicionó al paso de autos y camiones con la colocación de soportes de fundición y el tendido de tablones a lo largo de toda su extensión al nivel de la vía férrea.

El ancho del puente tendido sobre grandes pilotes de concreto, permite el paso de un solo vehículo, por lo cual el tránsito se hará de una mano por vez.

En el extremo sur, el paso se inicia en el paraje Senda Hachada, tras un desvío de 500 metros desde la ruta 34. En la cabecera norte, los rodados empalman con la ruta 86 para realizar un trayecto similar hasta retomar la misma vía.

Fuente: DyN