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Siempre se dice que "tal día es perfecto" por determinada situación. Y ese "día perfecto" les llegó a los jugadores argentinos.

Con un cielo despejado, un sol a pleno, un clima ideal, poco más de 25 grados, se despertaron hoy los dirigidos por Pekerman.

Práctica liviana, a bañarse, almorzar y prepararse para disfrutar de la tarde libre. ¨Mejor imposible? No, es posible estar mejor, porque la visita de Maradona para un argentino y más para un jugador de fútbol es el cierre de un momento perfecto.

Así como es, inesperado, imprevisible, Maradona llegó hoy a la concentración del seleccionado argentino, en la ciudad de Herzogenaurach.

Cuando nadie lo esperaba, al menos los medios de prensa, el astro llegó al hotel donde se concentran los dirigidos por José Pekerman.

En una camioneta negra, acompañado por Claudia Villafañe, su hija Yanina y un amigo, Maradona ingresó alrededor de las 13 al "bunker" argentino.

Justo en ese momento, en la sala de conferencias estaban hablando con la prensa el arquero Leonardo Franco y el zaguero Gabriel Milito.

Cuando los periodistas les comentaron la novedad, ambos se mostraron sorprendidos y dejaron en evidencia su felicidad.

"La verdad es que es una sorpresa y nos pone muy contentos que Diego esté aquí", dijero ambos jugadores, con ganas de irse de inmediato a saludar a Maradona.

Maradona ya había estado con los jugadores argentinos el sábado pasado, en Hamburgo. Antes del partido visitió al plantel en el vestuario.

"Y tener a Diego cerca es muy bueno, por todo lo que significa. En Hamburgo tuvo palabras con todos nosotros, nos arengó, pidió garra, entrega y por suerte no le fallamos a él ni a toda la gente", comentó Grabriel Heinze.

"Maradona es el mejor jugador de todos los tiempos y yo siempre dije que las visitas de futbolistas que hayan dejado una marca en la selección siempre es bienvenida", expuso Javier Saviola.

Maradona, en su ingreso a la concnetración, no tuvo contacto con la prensa y se fue derecho a saludar, primero al cuerpo técnico y después a los jugadores.

Luego, todos juntos se juntaron para almorzar. Como es habitual, Diego fue el centro de atención de todos los comensales, por sus anécdotas, sus chistes y sus salidas.

Maradona se sentó a la mesa con los jugadores, mientras que Claudia Villafañe y la hija de ambos se ubicaron en una mesa contigua. El buen ánimo de Diego contagió a todos.

A las 15.10 hora local (las 10.10 de Argentina), Diego abandonó la concentración argentina en su camioneta negra y fumando un gran habano.

Su presencia desató una locura en los medios de todo el mundo que estaban siguiendo de cerca las alternativas de los dirigidos por Pekerman.

Tanto es así, que fue uno de los pocos momentos en que la mayoría de los hombres de prensa y el público presente pudieron sacarle la vista a una periodista de la televisión mexicana, llamada Inés, que por su cuerpo y su cara hasta la llegada de Maradona se llevaba para sí todas las miradas.

Además, el día era especial porque ya se sabía que los jugadores tendrían la tarde libre y muchos de los familiares que están en Alemania se acercaron a la concentración.

Por ejemplo, Carlos Tevez le presentó a sus compañeros a su adorada hija Florencia, Flopi para todos, y le puso le cuota de ternura al hermoso día vivido en esta parte de Alemania.

La idea del cuerpo técnico argentino fue que los jugadores se distendieran, que descargaran un poco la ansiedad que todos tienen encima y por eso les dio la tarde de descanso.

Algunos jugadores aprovecharon para estar con sus familiares, otros pretendían ir a un parque de diversiones y también muchos prefirieron quedarse descansando en la concentración.

Sólo a la distancia se pudo ver a Maradona, que se mostró más feliz que nunca y que logró contagiar lo mismo en un grupo de jugadores que sueña con repetir la historia que tuvo al mejor futbolista de todos los tiempos como protagonista, justo hace 20 años, cuando de su mano Argentina fue campeón del mundo por última vez en su historia.

Fuente: Télam