"El hecho de que Argentina llegue a poseer un artefacto nuclear podría significar un factor preponderante de desequilibrio del poder militar, o incluso del poder nacional de Brasil", según un informe emitido el 2 de febrero de 1983 por el Estado Mayor del Ejército a la Agencia Central del Servicio Nacional de Información, la unidad de espionaje brasileño, según recoge el diario "O Estado de Sao Paulo".

De acuerdo con el informe, al que el periódico ahora ha tenido acceso, la vigilancia y seguimiento de las investigaciones nucleares de Argentina fue un actividad regular de los servicios de inteligencia del estado brasileño por lo menos entre 1979 y 1983, durante el gobierno militar del general Joao Baptista Figueiredo.

Los militares brasileños llegaron a creer en un inminente éxito de la estrategia nuclear argentina y su preocupación creció después de la invasión de las islas Malvinas.

La acción de la junta militar que llevó a Argentina a un enfrentamiento bélico con Reino Unido fue interpretada por los brasileños como una muestra del temperamento volátil de los gobiernos argentinos de entonces.

"Puede decirse que el éxito de la política nuclear se debe a una firme resolución de hacer que Argentina ingrese al club de las potencias nucleares y disponga de un argumento fuerte y amenazador, dada la imprevisibilidad de sus dirigentes político-militares en cualquier mesa de negociaciones diplomáticas", señala el informe.

Esa "imprevisibilidad" había sido mostrada en el conflicto con el Reino Unido por la posesión de las Malvinas, agrega el texto del informe entonces confidencial y cuyo facsímil reproduce hoy el periódico paulista.

La principal fuente de alerta para el informe de inteligencia de los militares brasileños fue un recorte del diario argentino "La Prensa", del 17 de diciembre de 1982, a propósito de la inauguración de un reactor nuclear RA-6 en Bariloche, construido casi en su totalidad con tecnología propia.

"Argentina alardea de su liderazgo nuclear", concluyeron los brasileños en otro documento confidencial del 18 de febrero de 1983, quienes también consideraban el RA-6 un prototipo de los reactores nucleares que Argentina supuestamente instalaría en Perú y en Colombia, a partir de acuerdos bilaterales con esos países fronterizos con Brasil.

Fuente: EFE