Jueves, 5 de abril de 2007 | Hoy
00:00 › PAGARON UN RESCATE DE 5 MIL PESOS
Un chico de 12 años, hijo de un matrimonio de quinteros bolivianos, que había sido secuestrado el martes último en el partido bonaerense de Escobar por una banda que exigió 50 mil dólares de rescate, fue liberado sano y salvo tras el pago de cinco mil pesos. Hay cinco detenidos.
Un chico de 12 años, hijo de un matrimonio de quinteros bolivianos, que había sido secuestrado anteayer martes cuando iba a la escuela en el partido bonaerense de Escobar, fue rescatado esta madrugada sano y salvo cuando era trasladado en un automóvil en la localidad de Benavídez, luego de que su familia pagara 5.000 pesos de rescate, informaron fuentes del caso.
La Policía detuvo a cinco personas -tres hombres y dos mujeres de entre 20 y 39 años- por su presunta participación en el episodio y se sospecha que habrían sido los autores de un hecho similar contra otra persona de la comunidad boliviana de la zona que no fue denunciado.
El niño, de nombre Saúl, fue hallado a la 1:00 de hoy en el baúl de un auto en un descampado de la localidad bonaerense de Benavídez, en el norte del conurbano, en buen estado de salud, según corroboraron médicos y psicólogos que lo asistieron, aseguró el jefe de la DDI de Zárate-Campana, Carlos Figueroa.
Al llegar esta mañana a su casa de la localidad de Matheu, el chico relató a la prensa que permaneció "todo el tiempo" encerrado en el baúl, que tuvo "mucho miedo" y que le pedía a sus captores que lo dejaran ir con su mamá.
También contó que los delincuentes lo amenazaron con un arma pero no lo golpearon y que le ataron las muñecas con cintas, pero que él logró liberarse. Esteban, padre del chico, dijo desconocer el motivo del secuestro porque él es camionero y su esposa tiene un "puestito" en un mercado.
"Nunca tuvimos amenazas. Hace doce años que vivimos en el barrio. El papá del nene no tenía el dinero que habían exigido como rescate", dijo Víctor, el abuelo del niño secuestrado, quien además agregó que se trata de "una familia de quinteros que vende frutas y verduras".
El caso comenzó el martes último, cuando Saúl salió de su casa, ubicada en Víctor Manuel II al 500, en la localidad de Matheu, partido de Escobar, al norte del conurbano bonaerense, para dirigirse a la escuela.
"Al nene lo secuestraron cuando iba a la escuela (un colegio evangelista ubicado en Escobar). Siempre va sólo, porque nunca pasó nada en el barrio. Pero esta vez no alcanzó a llegar", explicó el abuelo del chico.
Saúl fue sorprendido en la calle por al menos dos hombres que se lo llevaron cautivo en un auto, cuando se dirigía a la parada del colectivo, de la línea 276, pero sus familiares se dieron cuenta de su ausencia varias horas después, cuando descubrieron que no había ido a la escuela.
"Cuando vimos que se hacía tarde y no volvía, nosotros llamamos a la escuela y nos dijeron que él (por Saúl) no había llegado nunca", contó el abuelo.
Ante esa situación, los familiares y vecinos comenzaron primero una búsqueda en la zona, hasta que finalmente el tío de la víctima radicó una denuncia el martes a la noche en el destacamento de Matheu, para averiguar por su paradero.
Sin embargo, los secuestradores recién se comunicaron ayer a las 15:00 con una vecina, a quien le manifestaron que tenían al chico, que lloraba mucho, y que le dijera al padre que pedían 50 mil dólares por la liberación y que no se acercara a la policía.
"Los delincuentes pedían plata... alrededor de 50 mil dólares", explicó el abuelo de Saúl, quien luego agregó: "Como se les decía que no podíamos juntar ese dinero, ellos (por los captores) bajaron las pretensiones".
Fuentes de la investigación dijeron a Télam que, al ver que las negociaciones se dilataban, los secuestradores aceptaron disminuir el monto del rescate y pretendieron acelerar el pago.
El padre del chico inició las negociaciones con los secuestradores, con la intervención en la causa de la DDI Zárate-Campana, la Fiscalía Federal de Campana a cargo de Orlando Bosca, y la colaboración de personal de Observaciones Judicial y de la Dirección de Contrainteligencia de la SIDE.
Se convino el pago de cinco mil pesos como rescate, que el padre de Saúl dejó en una parada de colectivos de la localidad de Garín, después de ser "paseado" por varias localidades del norte del conurbano bonaerense.
Dos de los delincuentes, que se desplazaban en un Renault 9 con las luces apagadas tomaron el dinero y fugaron rápidamente, abandonando luego el vehículo a pocos kilómetros de ese lugar.
Con colaboración de efectivos de la Policía de Seguridad, se halló al chico en el baúl del vehículo, sano y salvo, y se lo trasladó a la sede de la DDI de Zárate-Campana donde se reencontró con su familia y recibió asistencia clínica y psicológica.
En tanto, los investigadores analizaron las comunicaciones telefónicas de los secuestradores mediante el sistema VAIC y lograron determinar que varias de las llamadas habían sido realizadas desde tres casas ubicadas en Escobar y una de Garín.
Con las correspondientes órdenes de allanamiento por parte del Juzgado Federal interviniente, se irrumpió en los domicilios identificados y se detuvo a los cinco sospechosos, tres hombres de 19, 30 y 38 años y dos mujeres de 33 y 38.
En poder de los detenidos se secuestraron los teléfonos celulares utilizados durante las negociaciones, la documentación de compra del Renault 9 y otros elementos de importancia para la causa.
Los detenidos quedaron a disposición del juez federal de Campana Federico Faggionatto Márquez, quien mañana les tomará declaración indagatoria.
El jefe de la DDI de Zárate-Campana dijo que cree que el secuestro se produjo porque los captores pensaban que "la familia tenía un buen pasar económico y podían obtener un dinero importante en su cantidad".
En tanto, descartó que los vecinos de origen boliviano de la zona de Escobar estén sufriendo una ola de delitos, tal como lo aseguraron algunos vecinos, al afirmar que "no hay un registro importante de este tipo de hechos".
Sin embargo, una fuente policial, no descartó que el caso tenga relación con bandas cuyos objetivos apuntan a amedrentar a la comunidad boliviana de Campana, Escobar, Zárate y Exaltación de la Cruz, donde viven 150.000 personas de esa nacionalidad, la mayoría quinteros.
En el 2000 hubo varios asaltos a quinteros bolivianos y algunas víctimas fueron quemadas con planchas, cigarrillos o sometidas a picana para que revelen dónde guardaban el dinero.
Si bien por esos casos los responsables fueron detenidos, no se descarta que haya alguna célula que cambió la modalidad y en vez de cometer violentos asaltos se dedique a los secuestros.
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