Según informó el diario chileno La Tercera, en su edición en internet, dos fuertes réplicas, percibidas con sólo 9 minutos de diferencia, generaron preocupación entre los pobladores de las localidades del Norte Grande que ayer fueron afectadas por un terremoto de 7,7 grados en la escala de Richter.

La Presidenta Michelle Bachelet experimentó en carne propia los efectos de las réplicas, pero mantuvo la calma y exhortó a los miles de damnificados a seguir los planes de emergencia.

Bachelet llegó en la mañana del jueves a la zona y cuando se encontraba conversando con damnificados en este puerto, se registraron dos fuertes sismos que, según informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), tuvieron una intensidad de 6,8 -a las 12:06 horas- y 5,6 grados -a las 12:15- en la escala de Richter.

Según el matutino de Santiago de Chile, la gente reunida junto a la Presidenta reaccionó con pánico, pero la Mandataria llamó a la calma, mientras sus escoltas, nerviosos, la apartaron de un poste de alumbrado público.

Bachelet insistía en calmar a las mujeres a su alrededor y les decía "entiendo que hay mucho susto, mucha desesperación".

El jefe de Protección Civil de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), Pedro Salamanca, hizo un llamado a la población a tener cuidado con las réplicas, sobre todo por el lugar físico en dónde se ubican las personas. También insistió en que éstas son un “proceso normal” después de un terremoto de la magnitud del registrado ayer en la zona.

El Centro de Control de Tsunamis, con sede en Hawaii, confirmó que los epicentros de las fuertes réplicas estuvieron ubicados en tierra por lo que no se ha emitido ninguna alerta.