La norma privilegia la posición de los trabajadores para que adquieran la empresa en quiebra con sus créditos laborales y deroga la suspensión de los intereses compensatorios originados en créditos laborales, de modo que no los convierta en variable de ajuste de los procesos concursales.

Posibilita, además, que los trabajadores se hagan cargo de la empresa antes de llegar a la quiebra mediante la utilización de los créditos laborales, para evitar el cierre de la empresa y asegurar la fuente de trabajo.

El texto permite a las cooperativas tener a trabajadores en relación de dependencia, garantiza el acceso a la información de los trabajadores en todo el proceso, aún en el concurso preventivo, y establece que, en caso de quiebra, los trabajadores cobren ante que los prendarios.

La cámara alta respaldó la iniciativa con el voto positivo de los 47 legisladores presentes, sin oposición en general, mientras en los alrededores del Congreso un centenar de trabajadores de fábricas recuperadas exigían la aprobación de una ley que esperaron por una década.