Después de cumplir una semana tomado por los estudiantes, sin clases y sin que pudieran ingresar las autoridades, el Colegio Nacional de Buenos Aires volverá a funcionar con normalidad a partir de hoy. Los estudiantes que mantenían tomado el edificio –en reclamo de la “democratización” institucional– levantaron la toma, después de mantener una reunión con autoridades de la UBA, donde se acercaron posiciones sobre la conformación del futuro Consejo Escolar Resolutivo. A la tarde, una vez que pudo ingresar al colegio, la rectora Virginia González Gass constató con un escribano “gran cantidad de destrozos” en las instalaciones, según dijo a este diario.

Como habían anunciado, los estudiantes suspendieron la medida por la mañana, como gesto hacia la reunión en el rectorado, hacia donde marcharon para acompañar a sus delegados. Del encuentro participaron los rectores y los representantes de docentes, no docentes y alumnos del Buenos Aires y de la Escuela Carlos Pellegrini. El tema central fue la creación de un consejo resolutivo, sobre el que hay propuestas diferentes.

La secretaria de Asuntos Académicos de la UBA, Edith Litwin, explicó a PáginaI12 que “la reunión fue muy positiva. Se pudo establecer un diálogo entre todos”. En una reunión celebrada la semana pasada, los alumnos habían llegado al rectorado de la UBA –dijo– con una “posición irreductible en la que no permitían ninguna otra propuesta que no fuera la de ellos. Logramos que se dialogara con posiciones diferentes y pudimos avanzar en cuanto a los integrantes y los alcances del consejo”.

Desde el centro de estudiantes del Nacional, Matías Mlotek aseguró que a pesar de que no tuvieron “respuestas con respecto a la propuesta de consejo resolutivo que llevamos, sí se pudieron acercar algunas posiciones”.

Las distintas propuestas sobre la composición del futuro Consejo Escolar Resolutivo marcaron el debate. Los alumnos plantearon nueve representantes para los docentes, siete para ellos, dos no docentes y un graduado con voz pero sin voto. El rectorado modificó su propuesta y aumentó en un representante el claustro estudiantil, en desmedro de los graduados. Así, las autoridades de la UBA propusieron ocho docentes (dos serían auxiliares), cuatro estudiantes, dos graduados y un no docente con voz pero sin voto.

Al igual que Litwin, el secretario general de la UBA, Carlos Más Vélez, encontró que “hubo avances y acuerdos” para seguir trabajando en la conformación del reglamento de los colegios preuniversitarios. En principio, el rectorado no quería recibir a los alumnos si sostenían la toma, pero el funcionario destacó que habían hecho “una excepción para priorizar el diálogo y la búsqueda de consensos”. El jueves de la próxima semana continuarán las negociaciones.

Ayer González Gass pudo ingresar al colegio después de haber mudado el rectorado, por una semana, a la sede de la Asociación de Ex Alumnos del Buenos Aires. Cuando los alumnos anunciaron el fin de la toma, “se les pidió que lo hicieran a través un acta y ante un escribano”, para verificar el estado del edificio. “Es muy triste ver que alumnos que dicen pelear por la educación causen los destrozos que quedaron en el colegio”, dijo González Gass. Según pudo saber este diario, el escribano certificó “la rotura de vidrios, puertas, mesas y sillas, la descarga de matafuegos en el 2º piso y el ingreso al natatorio, el robo de pinturas del concurso de derechos humanos “Franca Jarach”, que realiza el colegio todos los años, además de algunas roturas en el aula de Zoología.

Antes de votar la decisión de retirarse del colegio los alumnos definieron en la asamblea movilizarse este viernes, cuando se reúna el Consejo de Convivencia del colegio, “para que dejen sin efecto las sanciones” impuestas a los estudiantes que el lunes de la semana pasada se retiraron del colegio “sin permiso de sus padres”, para participar de una marcha.