UNIVERSIDAD › OPINION
La crisis de Conadu
Por Pedro Sanllorenti *
El último congreso de Conadu resolvió solicitar la renuncia a la mesa ejecutiva e iniciar un proceso electoral. Algunos cuestionan la modalidad de la última negociación salarial, tema discutible y en el que seguramente todos cometimos errores, pero el resultado –pese al largo camino por recorrer– demuestra que tan mal no nos fue. “Oficialistas”, dicen otros, como si no formaran parte de alguna corriente política. A esto suman apuro y desprolijidad: ninguno de los congresales tenía mandato para pedir esas renuncias y menos aún iniciar un proceso electoral con mandatos vigentes. ¿Acaso el mandato actual no vence en 2006, al igual que en Conadu Histórica? ¿Y la unidad? A pesar de: los mandatos de varios gremios, los argumentos sobre el vínculo entre cambio de mesa y unidad, la solicitud que los compañeros de la Conadu H hicieran, que llevé en forma personal, poniendo énfasis en nombrar la comisión de enlace, la participación de compañeros en el congreso de Conadu H, nuestro compromiso de renunciar si se alcanza la unidad de ambas federaciones; en ninguna resolución del congreso de Conadu se hace referencia a la unidad. Comenzar un nuevo proceso electoral sin avanzar en la unidad sería una maniobra difícil de explicar y se correría el riesgo de, en nombre de pretender cambiar –por métodos antiestatutarios– una supuesta conducción burocrática, cristalizar otra verdaderamente burocrática y alejada del deseo mayoritario de los docentes de una única federación. ¿Se atreverían a consultar a todos los afiliados sobre el proceso de unidad? ¿Qué saldría de esa consulta? ¿Por qué no proponen ¡ya! el congreso unitario? ¿Por qué una nueva elección? Por eso, y porque asumimos el compromiso de renunciar no bien la unidad se alcance, es que no presentaré mi renuncia hasta que se avance en la unidad de las Conadu. Ningún otro compromiso me ata más que esa voluntad mayoritaria. Nadie está atornillado a su cargo, y pueden darse pasos al costado con acuerdos racionales que den cuenta de nuevas y transitorias –aunque predeciblemente efímeras– mayorías. Pero quienes intenten avanzar por intereses políticos de sector, impulsando y votando mociones al margen de los mandatos, calificando políticamente y sin encontrar faltas graves a la conducción, aumentando el riesgo de acefalía de la federación y poniendo en duda un verdadero proceso de unidad, deberán hacerse responsables del daño que causen al movimiento docente. Unamos las Conadu...; lo demás no importa nada.
* Secretario adjunto de la Conadu.