En medio de un conflicto muy parecido al que atraviesa la UBA, la Universidad Nacional del Comahue tiene el rectorado y varias sedes tomadas por estudiantes, en algunos casos hace más de un mes. Tal como ocurrió en Buenos Aires, la crisis estalló cuando debía elegirse al nuevo rector. La Federación Universitaria del Comahue (FUC), conducida también por un frente de izquierda, reclama –otra similitud– una reforma estatutaria para “democratizar” el gobierno de la casa de estudios que, con unidades académicas en Neuquén y Río Negro, atiende a 25 mil alumnos. Pese a que se manifiestan abiertas al diálogo, las actuales autoridades no aceptan los términos de la exigencia estudiantil: “La universidad está democratizada desde la normalización de 1985. Cuestiones que en otras universidades son reclamadas acá están vigentes hace años”.

Desde el Frente de Estudiantes para la Resistencia, el presidente de la FUC, Guillermo Martín Martínez, explicó a Página/12 en qué consisten sus pedidos: “Queremos que se habilite una asamblea universitaria para reformar el estatuto” para, principalmente, introducir dos modificaciones: “La creación del claustro único docente y el aumento de la representación estudiantil en los órganos de gobierno, que hoy es minoritaria. Esa reforma implicaría una desconcentración muy grande del poder en la universidad”. En los consejos de las facultades, los alumnos tienen tres representantes, frente a seis profesores, tres graduados y tres no docentes.

Con esas exigencias latentes, el 16 de mayo pasado iba a realizarse la elección del rector. Pero cuando los 167 asambleístas llegaron al rectorado, en la capital neuquina, lo encontraron tomado por los estudiantes de la FUC. Sobre la marcha, cambiaron la sede de la sesión y se reunieron en un sindicato ubicado en Cipolletti: allí, 108 consejeros votaron como rector a Daniel Bocannera, ex decano de Ingeniería, definido públicamente como kirchnerista. La FUC y un conjunto de asambleístas, así como el gremio docente Adunc, consideraron ilegítima la elección, porque el cambio de sede no había sido votado y porque muchos consejeros no habían podido emitir su voto. Incluso hubo una presentación ante la Justicia federal, pero el fallo –ahora apelado y a la espera de una definición– fue favorable a Bocannera.

Desde aquel día, el rectorado de la UNC permanece ocupado por estudiantes. Hace unas semanas la toma se extendió a la Facultad de Humanidades, luego a Ciencias de la Educación y a Psicología, y esta semana fueron ocupadas Derecho y Economía. Ayer se analizaba ocupar también Ingeniería. “La federación ha impulsado una toma general de la universidad, pero no ha conseguido el aval de los estudiantes –dijo a este diario Vladimir Cares Leiva, secretario de Extensión de la UNC y colaborador de Bocannera–. Están ocupadas las instalaciones del rectorado y los decanatos de algunas facultades, pero la actividad es normal en Medicina, Turismo, Agrarias y los centros regionales.” Las oficinas administrativas de la UNC se han visto obligadas a funcionar en sedes prestadas y hasta se prevé alquilar un piso en el centro neuquino.

“Aceptamos dar una discusión política para mejorar lo que sea necesario, pero no acordamos con la supuesta democratización”, agregó Cares Leiva. Para ejemplificar el carácter democrático de la casa, citó: “Los no docentes tienen representación igualitaria en el cogobierno. Los estudiantes tienen una participación muy importante en muchos ámbitos, incluso en los concursos docentes, algo que no es común”. Para el funcionario, la situación actual de la UNC “es muy compleja. Ahora la negociación está en un punto muerto. Le enviamos a la FUC cinco notas invitándolos a conformar una mesa de diálogo, con temario abierto. Pero no han aceptado”. ¿Por qué? Así respondió el presidente de la FUC: “Bocannera quiere armar una mesa sólo para legitimarse como rector. Nosotros queremos que todo se retrotraiga al 16 de mayo. La universidad no se puede permitir tener un rector elegido en forma irregular”.