Legitimado como vicerrector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Aníbal Franco consideró ayer que su objetivo es que “sea cuanto antes” la convocatoria a la asamblea universitaria que debe elegir nuevo rector. Y fijó al “31 de julio como plazo”.

Después de que el mismo Consejo avalara su cuestionada designación, Franco inició una ronda de consultas entre los decanos de facultades para intentar consensuar cuándo realizar una nueva reunión del Consejo Superior para fechar la asamblea. La sesión podría organizarse la próxima semana o la siguiente, según confiaron a este diario fuentes del rectorado. Cuando se realice, una cuestión clave que deberá definir el cuerpo son las condiciones en que se convocará una quinta asamblea universitaria, luego de que, en abril, cuatro tentativas resultaran suspendidas ante las protestas estudiantiles. En realidad, según el estatuto vigente en la UBA, la asamblea debería haberse realizado o, en su defecto, convocado, quince días después de producida la vacante en el rectorado, es decir, después del 7 de mayo, día en que dejó el cargo Guillermo Jaim Etcheverry.

En declaraciones a la agencia Télam, el actual vicerrector dijo que los estudiantes que han impedido el funcionamiento de los órganos de cogobierno “tienen una postura irresponsable... Mientras el Consejo Superior no pueda sesionar, la propuesta de modificación del estatuto no podrá ser tratada y eso convierte al reclamo en una paradoja, porque lo que los estudiantes buscan no se puede hacer, porque los mecanismos formales no funcionan”. Además, la suspensión de las sesiones del Consejo –casi paralizado desde marzo– impide el tratamiento de numerosos asuntos académicos y administrativos. Franco señaló que la demora “afecta a la universidad toda” y que ya “es absolutamente imprescindible que el Consejo Superior se aboque a la tarea de analizar la propuesta presupuestaria porque... no creo que alcance a pagar los sueldos hasta fin de año con lo que tiene asignado”.