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En la UBA ya es incompatible el ejercicio simultáneo de funciones electivas y administrativas. El Consejo Superior de la universidad, en su última sesión, aprobó el proyecto presentado por el rector Guillermo Jaim Etcheverry para establecer un régimen de incompatibilidades, sobre el que ya informó Página/12.
De acuerdo con la nueva norma, quienes resulten elegidos consejeros superiores o directivos (titulares o suplentes) no podrán tener cargos de secretario o subsecretario de la universidad ni de las facultades. Además, una misma persona no podrá ser a la vez consejero superior (es decir, integrar el gobierno de la universidad) y consejero directivo (gobierno de una facultad).
Las incompatibilidades alcanzan a cualquier cargo de gestión o coordinación, sea remunerado o no, con excepción de las funciones de docencia, extensión e investigación. El nuevo régimen entrará en vigencia con las próximas elecciones de consejeros directivos y superiores. Aunque, de todos modos, el Consejo Superior invitó a quienes estén comprendidos por la norma a optar por uno u otro cargo. El rector había señalado que reglamentar las incompatibilidades era uno de los objetivos centrales de su gestión para combatir “la compra de voluntades a través de cargos” y “actuar contra las corporaciones”.