Luego de los nuevos incidentes en la interna de la barra de River, comenzaron las acusaciones cruzadas entre la policía, Javier Castrilli y los dirigentes de River.

“En la tribuna no vi a ninguno de los 800 y pico de uniformados que River pagó para la seguridad”, atacó el vicepresidente tercero de River, Domingo Díaz, deslindando responsabilidades del club, y agregó: “Todavía no me animo a hablar de medidas, pero algo tenemos que hacer para terminar con esta locura que perjudica al verdadero hincha de fútbol”. Desde la institución se emitió un comunicado oficial en el que se repudió los hechos ocurridos y a su vez destacaron la actitud de los plateístas que reaccionaron en contra de los violentos.

Por su parte, Roberto Palavecino, director de Operaciones de la Policía Federal, justificó la ausencia de personal policial al señalar que si hubiera habido efectivos en la tribuna “podría haber sido peor”, y aclaró que “el derecho de admisión lo manejan los clubes”. “Le diría a la dirigencia de River que no tendría que permitir que esos personajes entren a la cancha”, insistió el policía.

La palabra de Javier Castrilli tampoco se hizo esperar. El subsecretario de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos defendió a la policía y aseguró que si hubiera habido “un grupo de combate” en la tribuna, hubiese sido una “tragedia”. También aseguró que el Estado no puede controlar la violencia en el fútbol y que se necesita de “los que tan fácilmente otorgan ingresos y entradas” a las barras. “Hay que estar con la lupa para llevar a esos directivos a la Justicia”, indicó Castrilli y admitió: “Deberá investigarse cómo entraron algunos hinchas con armas blancas. Si estaban en algún lugar del estadio o violaron el sistema de control de cacheo y, si es así, obviamente alguien tiene responsabilidad”.

En este contexto, los dos heridos que se encontraban en el hospital Vélez Sarsfield, uno con politraumatismos y heridas cortantes y el otro con fractura de brazo, fueron dados de alta. Pero otro hincha, Juan José Paz, de 39 años, que según la policía cayó tras una convulsión en un cacheo, continuaba en estado grave en el hospital Fernández.