Elaborar una nómina con 18 nombres en un país que dispone de tan buenos jugadores fue el principal obstáculo que Sergio Batista, entrenador de la Selección argentina sub-23, debió sortear desde que se le confió la misión de conducir al equipo nacional que viajará a los Juegos Olímpicos de Beijing con el propósito de defender la medalla dorada que hace cuatro años, en Atenas, conquistó el equipo dirigido por Marcelo Bielsa. A menos de 40 días para el inicio de la competencia, el entrenador le confió a PáginaI12 que sólo le quedan “tres o cuatro” futbolistas por confirmar en la lista, y anticipó: “Jugaremos con una línea de cuatro defensores, Riquelme será conductor y Messi será nuestra principal carta ofensiva”.

–A tan poco para el inicio de los Juegos, ¿cuáles son las principales dudas y las certezas que tiene?

–La mayoría de las cosas las tengo claras. Sé cómo queremos jugar. Vamos a intentar hacer un planteo ofensivo, ser protagonistas. Y lo que todavía falta definir es la lista que presentaremos. Las principales dudas las tengo de mitad de cancha hacia arriba, donde tengo muy buenos jugadores para elegir. Es una lástima que no pueda llevar a Lautaro Acosta, Lavezzi o Higuaín. Es una lástima que haya que elegir nada más que a 18 jugadores en un país con tan buenos futbolistas. Da bronca, pero es así.

–¿Y en cuanto a lo táctico?

–Seguro que vamos a jugar con una línea de cuatro defensores, pero eso no quiere decir que sea un esquema fijo, vamos a intentar tener variantes. Lo que está claro es que Riquelme será el enganche, Mascherano el volante central y Messi en el ataque. Lo demás está por verse, pero no habrá grandes sorpresas.

–El equipo pudo jugar nada más que un amistoso contra el combinado de Cataluña, ¿le preocupa no haber dispuesto de más tiempo para trabajar?

–La verdad que me hubiera gustado tener más tiempo y jugar muchos más partidos, pero era algo que ya tenía claro desde un principio. En medio de toda esta preparación hubo varios partidos de la Selección mayor, se dio así y lo sabía, por eso no me puedo quejar. El próximo amistoso que tendremos será el 29 de julio contra Japón; espero que allí podamos alcanzar un buen funcionamiento.

–Costa de Marfil, Serbia y Australia serán los rivales de la primera fase. ¿Qué sabe de ellos?

–El rival a vencer es Costa de Marfil; es el primer rival y tiene jugadores muy buenos como Drogba. Los serbios son muy técnicos y los australianos muy duros. Pero lo importante es que nosotros lleguemos bien.

–Cuando se confirmó que dirigiría el equipo olímpico, una de las primeras cosas que hizo fue anunciar que convocaría a Riquelme. ¿Por qué cree que algunos lo siguen cuestionando?

–No sé, no lo entiendo. A mí me gusta y siempre querría que jugara en mi equipo. Es el último organizador que le queda al fútbol argentino, y esto se nota en la Selección, ya que cuando él no juega, el equipo se ve obligado a cambiar el sistema táctico. Lamentablemente, el puesto de enganche está en extinción en nuestro país.

–¿Por qué cree que no surgen más jugadores en ese puesto?

–Me parece que la razón es que se trabaja mal en las divisiones inferiores. Se le da más importancia al resultado que a la formación, y de esta forma se pierden conceptos técnicos que se tienen que transmitir cuando los jugadores están en formación, y después esto se nota cuando los jugadores llegan al profesionalismo. El material que surge en el fútbol argentino es bueno, pero no se trabaja bien y así es como después faltan jugadores para cubrir algunos puestos, como el de enganche.

–¿Quiere decir que como coordinador general de las selecciones juveniles de la AFA priorizará la formación por sobre el resultado?

–Vamos a intentar ganar todo lo que juguemos, porque eso es lo que a mí siempre me gustó. Pero el cuerpo técnico que conduzco trabajará también con el objetivo de formar para dejar una base que le sirva a la Selección.

–¿Para eso lo eligió Julio Grondona?

–Sí, además porque él quería que quienes tuvimos experiencia como jugadores en la Selección trabajáramos como entrenadores con los equipos de AFA. Por eso se fijó en mí, en Tata (José Luis) Brown para armar un proyecto con los juveniles.

–Argentina obtuvo seis mundiales juveniles pero hace más de 20 años que no puede repetir en mayores. ¿Por qué?

–Ganar un Mundial en mayores es mucho más complicado que ganar uno en juveniles, y con eso no quiero menospreciar ningún logro, pero son campeonatos que tienen niveles de exigencias muy distintos. De todos modos, no hay que olvidarse de que tenemos buen material y de que vamos a volver a ganar una Copa del Mundo. Le tengo mucha fe al grupo que dirige (Alfio) Basile para que en el 2010 quebremos esta racha, como hizo Brasil en 1994, que volvió a ganar un Mundial después de 24 años.

–En estos días han trascendido muchas cuestiones que tienen que ver con las relaciones internas entre los integrantes de los planteles de Primera División, algo que no era muy frecuente en su época como jugador. ¿Cuál es su visión al respecto?

–Creo que esto pasa por la difusión mediática que tiene el fútbol y por las presiones comerciales a las cuales están sometidos muchos jugadores. Pero, bueno, en mi época de jugador no pasaba porque todo esto no existía o no estaba tan extendido como hoy. Pero, bueno, soy partidario de manejar estas cosas a la antigua, cuando hay un problema hay que hablarlo, en forma grupal o individual. Pero siempre puertas adentro, la exposición de la vida de un grupo nunca es buena.