DEPORTES › BOCA LE GANO 2-0 AL AEK ATENAS EN EL CIERRE DE SU GIRA EUROPEA

Al Coco, la memoria no le falla

El equipo que Basile pretende que juegue siempre anduvo un rato bien y por momentos aburrió, pero se impuso en Grecia con una palomita de Palermo y con una excelente definición de Mouche. Así terminó su viaje por Europa con tres victorias, un empate y una derrota.

Boca cerró con una sonrisa su gira por Europa. Con una actuación despareja, en la que por momentos lució lento e ino-fensivo y por otros mostró contundencia y buen juego, el equipo de Alfio Basile superó 2-0 al AEK de Atenas. Martín Palermo, que convirtió su primer gol de la pretemporada, y Pablo Mouche señalaron los tantos de la victoria boquense.

Para el último amistoso de la gira, Basile planificó un ensayo con la formación que pretende que salga de memoria. Los elegidos del entrenador fueron Abbondanzieri; Ibarra, Cáceres, Paletta, Morel Rodríguez; Medel, Battaglia, Insúa, Riquelme; Mouche y Palermo. En principio, y si no llega ningún refuerzo de último momento, ése sería el equipo elegido de Basile, más allá de que el propio entrenador comentó que primero se lo dirá a sus players.

Lo cierto es que el Boca titular mostró dos caras durante el mismo partido. La idea primaria de Basile para que su equipo se adueñe de la pelota y a partir de ahí progrese en ataque genera que por momentos el equipo se entretenga en un traslado lento e intrascendente. Por el contrario, cuando consigue imponer apenas un poco de cambio de ritmo, sus individualidades lo convierten en un conjunto temible.

Ayer ante el AEK sucedieron ambas cosas. Tras un comienzo en el que manejó la pelota pero sin profundidad, el equipo argentino comenzó a perder el control ante un rival voluntarioso aunque sin muchas luces. Sin embargo, con eso le alcanzó al conjunto griego para mostrarse superior y generar algunas situaciones de riesgo frente al arco de Abbondanzieri. Del otro lado, Boca generaba muy poco, con nula presencia por los costados y con un Palermo totalmente desconectado del circuito que intentaban armar Insúa y Riquelme por el medio. Por eso, un remate de Ibarra que rozó en un rival y luego en el palo y una corrida solitaria de Mouche que terminó en un remate que controló Sebastián Saja fueron las únicas aproximaciones de Boca hasta el final del primer tiempo.

Pero cuando la primera mitad se iba, Mouche desbordó por la derecha y metió un centro preciso para que Palermo justificara su presencia en el partido con una palomita perfecta. Con el gol, Boca mejoró su imagen. Riquelme entró más en contacto con la pelota, Mouche se mostró desequilibrante por los costados y Battaglia se afirmó en el medio. Además, los constantes cambios que fue introduciendo el entrenador griego conspiraron con el rendimiento de su equipo. Por eso, Boca sacó provecho con un ataque que comandó Riquelme y que definió con clase Mouche, tras recibir un pase en cortada y resolver con un toque con la cara interna del pie al segundo palo de Saja.

De ahí en adelante, Boca controló las acciones y cerró el partido con solvencia, sin pasar mayores sobresaltos. Allí fue cuando el dominio de la pelota sirvió para defenderse y para frustrar a un rival que poco pudo hacer para cambiar la historia. Así Boca cerró su gira con un balance positivo, con tres victorias ante Lask, Aris Salónica y AEK, un empate y triunfo por penales ante Milan y una derrota ante Manchester United en el inicio del periplo.

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Pablo Mouche fue una de las figuras de Boca: tiró el centro del tanto de Palermo y convirtió un golazo.
Imagen: AFP
 
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