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Ruggeri llegó a este mundo con algunas “bonificaciones”. Por de pronto, y a poco de nacer en Corral de Bustos, lo que ya es bastante dada la riqueza de esa zona del sur de Córdoba, fue bautizado con los nombres de pila de uno de los más grandes del deporte nacional: Gálvez, Oscar Alfredo.

Tampoco la suerte le fue esquiva en su paso por el fútbol.

Pero uno supone, aun a riesgo de equivocarse, que Ruggeri fue siempre un aficionado al merodeo. De chico, en su pueblo natal, entre los dos clubes principales: el Sporting y el Corralense. En la adolescencia, uno se lo imagina merodeando los afamados carnavales de su patria chica y al poco tiempo los bailes de pueblos vecinos: Isla Verde, Monte Maíz, Los Surgentes, Arias, Guatimozín, entre otros.

Anduvo por Boca allá por los ’80, por la Selección Argentina tres años después y a continuación alternó en River, Logroñés, Real Madrid, Vélez, Ancona, América de México, San Lorenzo –en cuya condición se recuerda la “plancha deslizante” a José Luis Chilavert, que el propio merodeador reconoció con obscena naturalidad tenía la intención de lastimar al arquero paraguayo– y por fin, en 1997, Lanús, con cuya casaca granate participó del escándalo de la final de la Copa Conmebol cuando un hincha le partió la mandíbula al entrenador del Atlético Mineiro, Emerson Leao; él andaba merodeando.

En su condición de cuevero, merodeaba alternativamente por diversos sectores del área que debía defender y esporádicamente hacía como que se ponía el equipo al hombro para cabecear algún tiro libre o corner a favor o para discutir con estudiado énfasis algún fallo del árbitro.

Como entrenador con más protagonismo mediático que éxitos deportivos pasó por San Lorenzo, Chivas y Tecos mexicanos, Independiente, Elche, América de México.

Pero sus últimos merodeos lo pusieron en escandalosa evidencia. Apareció en los entrenamientos del combinado nacional –incluso viajando a Alemania “acompañando” a la selección en el último amistoso de principios de marzo– para culminar el careteo en los últimos días autopostulándose como entrenador de Boca.