“Ahora sólo quiero disfrutar, después analizaremos lo que hicimos bien y lo que hicimos mal pensando en los cuartos de final”, declaró el héroe uruguayo de la tarde de ayer, Luis Suárez, quien marcó los dos goles de la victoria charrúa frente a Corea del Sur, por 2-1, en el estadio Nelson Mandela, de Port Elizabeth.

Bajo una lluvia torrencial, a los 35 minutos del segundo tiempo, cuando el partido estaba 1-1 y el conjunto asiático parecía tener mejor resto físico, Suárez recibió el rechazo de un tiro de esquina, se abrió camino hacia adentro y sin tener en cuenta los dichos de Diego Maradona, que había afirmado que la pelota Jabulani no doblaba, sacó un remate con efecto que hizo estéril la volada del arquero Jung y decretó la victoria de Uruguay.

“En el primer tiempo fuimos superiores y la diferencia pudo ser mayor, pero después nos quedamos un poco”, analizó Suárez, que en la primera mitad aprovechó un error del arquero coreano para abrir la cuenta de Uruguay, conectando un buscapié de Diego Forlan, que Jung dejó pasar pensando que nadie entraba por atrás. En ese primer grito, se contuvo y sólo atinó a besarse el escudo de su camiseta, en contraposición al festejo del segundo gol, cuando saltó enloquecido por encima de los fotógrafos que buscaban la imagen del éxito y acabó enterrado bajo una montaña de camisetas celestes.

El delantero ya había marcado de cabeza frente a México y lleva convertidos tres goles en el Mundial. Por lo tanto, comparte la punta de la tabla de goleadores junto a Gonzalo Higuaín, David Villa, Landon Donovan, Asamoah Gyan y Robert Vittek. A lo largo de su carrera, el delantero uruguayo disputó 33 partidos con su selección y convirtió trece tantos. A sus 23 años, el atacante uruguayo es la estrella del Ajax de Amsterdam, donde esta temporada logró 35 goles en la Liga holandesa.

Con algunos cuestionamientos similares a los de muchos jugadores argentinos, Suárez llegó a Sudáfrica recibiendo reproches por no poder plasmar en su selección todo lo bueno que hace en el Ajax. “Estaba dolido, porque con la selección no me salían las cosas como quería. La prensa decía que los goles que erraba con Uruguay no los erraba en Holanda. Y eso duele, porque yo quiero hacer más goles en la selección que en el Ajax”, había declarado antes del partido de octavos.

“Estoy caliente porque no me salen las cosas”, había dicho Suárez tras el empate inicial 0-0 frente a Francia. Su compañero de ataque Forlán había hecho hace diez días, ante Sudáfrica, lo que ningún jugador uruguayo lograba en un Mundial desde 1954: convertir dos goles en un solo partido. Suárez decidió ayer que no se podía esperar otros 56 años para que la historia se repita, y metió a Uruguay en los cuartos de final con dos gritos que acompañaron una actuación destacada.