Viernes, 20 de agosto de 2010 | Hoy
DEPORTES › ANDRES D’ALESSANDRO, CAMPEON DE AMERICA CON EL INTER DE PORTO ALEGRE
No pudo con River, no pudo con San Lorenzo, finalmente logró ganar la Copa Libertadores con el mejor equipo del Brasil. “Fuera del país, la conquista tiene otro sabor”, dijo el volante, consagrado junto a Guiñazú y a Abbondanzieri.
Es uno de los grandes ídolos de la hinchada del Inter de Porto Alegre. “La rivalidad entre argentinos y brasileños sólo es deportiva, dentro de la cancha”, admite Andrés D’Alessandro, jugador fino de carácter fuerte. “Al brasileño le encanta cómo juega el argentino y a nosotros nos gusta mucho cómo juegan ellos, eso es innegable. Son dos países muy fuertes en fútbol y por eso hay tanta rivalidad, pero afuera de la cancha se quieren mucho.” No hubo equipo argentino en la final de la Copa Libertadores, pero el Inter, flamante campeón, tuvo a D’Alessandro y a Pablo Guiñazú como puntales de una conquista legítima y valorada. Ahora, el objetivo es el Mundial de Clubes, en Abu Dhabi, durante diciembre, que sin pretenderlo vuelve a ser, de alguna manera, la vieja Copa Intercontinental: es que se espera que a la final lleguen el campeón de Su-damérica, el Inter de Porto Alegre, y el campeón europeo, el Internazionale de Milán.
D’Alessandro festejó la conquista con lágrimas, porque la celebración restituyó los halagos perdidos en el fútbol argentino. “En River y en San Lorenzo, la Copa Libertadores fue siempre mi sueño. Había perdido la esperanza, no creí que llegaría. Pero tuve suerte de llegar al Inter, de formar parte de este equipo y de concretar este logro que llena de orgullo. Fuera del país tiene otro sabor”, admitió el volante, que había jugado las ediciones 2002 y 2003 de la Libertadores con River (eliminado en octavos y cuartos de final, respectivamente) y participó en la campaña de 2008 con San Lorenzo, cuando el equipo de Boedo, dirigido por Ramón Díaz, eliminó a River en el Monumental en un recordado empate 2-2, antes de ser eliminado por penales ante la Liga Deportiva Universitaria de Quito, finalmente campeón dirigido por el rosarino Edgardo Bauza.
“Es una alegría inmensa, emocionante, conseguir un objetivo con tanto esfuerzo y dedicación es muy gratificante”, opinó D’Alessandro, cuya primera conquista de la Libertadores contrasta con la de Roberto Abbondanzieri, quien, aun desde el banco del equipo dirigido por el brasileño Celso Roth, celebró su cuarta Copa, después de haber participado de las conquistas con Boca en 2000, 2001 y 2003.
“A pesar de los altos y bajos, los hinchas de Inter siempre me han tratado muy bien y estoy feliz por todo este pueblo”, aseguró el arquero, que cumplió 38 años y que insistió con que a fin de año se retirará “sin apuro, después de jugar el Mundial de Clubes”. D’Alessandro, en cambio, no se moverá de Porto Alegre, mientras espera en silencio una convocatoria para el seleccionado argentino. “Lógico que quiero quedarme –dijo–. Mi interés es ser campeón del mundo con el Inter. Acá me siento en casa”, expresó. “La esperanza de volver a la Selección siempre está, pero no me gusta postularme, yo hago mi trabajo adentro de la cancha.”
Si D’Alessandro se transformó en ídolo por su clase en un país acostumbrado al buen trato de la pelota, Guiñazú, el ex volante de Newell’s e Independiente, se ganó el cariño de los hinchas gaúchos por su despliegue y entrega en el medio. “Este título se ganó con huevos y con corazón”, opinó, fiel a su concepción del juego.
Desde 2006, cuando se alzó por primera vez con la Libertadores, el Inter ganó casi todas las competencias internacionales que disputó, incluso el título del Mundial de Clubes de la FIFA que conquistó ese mismo año, al derrotar en la final al poderoso Barcelona. Además fue campeón de la Recopa Sudamericana de 2007 y de la Copa Sudamericana de 2008, ya con D’Alessandro y Guiñazú en el equipo.
Después de haber dejado fuera de carrera a Banfield en octavos de final y a Estudiantes en cuartos, tras haber despachado al San Pablo en la semifinal y de haber vencido a las Chivas de Guadalajara en los dos partidos de la final (2-1 en México y 3-2 en Porto Alegre), el Inter afronta ahora otros dos retos, ya que tiene asegurados los cupos para jugar la próxima Recopa Sudamericana y el Mundial de Clubes de la FIFA, en el que su principal rival es el poderoso Internazionale de Milán, ganador de la Champions League dirigido por José Mourinho (ahora en el Real Madrid), con Javier Zanetti como capitán, Diego Milito como goleador, Esteban Cambiasso y Walter Samuel.
La calidad relativa del resto de los rivales en el Mundial de Clubes (al que ya están clasificados el Pachuca mexicano, el Al-Wahda por el país organizador y el Hekari de Papúa-Nueva Guinea, faltando definirse aún los campeones de Africa y Asia) permite pronosticar otra final típica de la antigua Copa Intercontinental, entre europeos y sudamericanos. Inter versus Inter, con varios argentinos en el campo de juego.
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