DEPORTES › GOLEO AL AMERICA Y DEFINE LA COPA LIBERTADORES CON EL SANTOS

Boca va a la final sin despeinarse

En un partido que le fue siempre favorable, ante un rival sin respuestas futbolísticas ni anímicas, el equipo de Bianchi ganó con el aporte creativo y la explosión de Tevez, el manejo de Delgado y la firmeza y serenidad del resto. No hubo partido. La semana próxima, con Santos en la Bombonera.

Boca le hizo seis goles al América de Cali en dos partidos y no recibió ninguno en su arco. Impensable, antes de que comenzaran las semifinales. Ahora vienen los dos choques contra el Santos, vencedor de Independiente Medellín –quedaron en el camino los dos equipos colombianos– y la reedición, cuarenta años después, de aquellas finales épicas del ‘63 del equipo de Pelé contra el Boca de Rojitas. Anoche todo fue mucho más simple y liviano de lo que se podía suponer de antemano. En el clima que rodeó al partido, en el estadio mismo, y sobre todo en el plano estrictamente deportivo: todo muy tranquilo. Tan así fue que éste de anoche no fue un “típico partido de Copa”, ya que terminó con la multitud aplaudiendo a los ganadores y ni un solo acto violento dentro o fuera de la cancha. Ejemplar, casi demasiado.
Boca tomó el comando del partido desde el inicio, ante la pasividad del rival, muy nervioso y sin actitud para buscar lo que el América mejor sabe hacer: jugar por abajo y subir por los costados. Nada de eso hizo América: tiró pelotazos, se equivocó seguido en defensa –Robinson nunca estuvo más solo que anoche en el Pascual Guerrero– y perdió todos los mano a mano y las pelotas divididas.
¿Qué hizo Boca para provocar esto? Se plantó muy bien, muy firme, con sus dos líneas de cuatro –no hubo enganche– ordenadas y apretando bien arriba, soltó a los carrileros con decisión y dejó sueltos al Chelo a media agua y a Carlitos Tevez arriba, ambos moviéndose por todo el frente. Con eso le bastó para crear sucesivas situaciones de gol, hacer tres goles en un tiempo y descansar en el otro.
Los defensores y los medios del América anoche llegaban siempre tarde. La ubicuidad y buena pegada de Delgado comenzaron a hacer diferencia. Tras dos oportunidades claras de Tevez, hubo un centro del Chelo que cabeceó Villarreal –llegó siempre, resolvió a veces– por derecha y salvaron sobre la línea. Todo antes de los diez minutos. Y la tercera de Tevez fue gol: jugada de Delgado por izquierda, centro al área chica y el pibe que tiene tiempo de acomodarse, cambiar de pierna y tocar al gol: 1-0.
El segundo –de Tevez y de Boca– fue una contra furibunda con una corrida de cuarenta metros de Clemente Rodríguez por derecha que la cruzó justa para el goleador: toque de zurda y adentro: 2-0. El tercero fue un penal a Delgado que entró entre 3 (tres) por el medio y lo bajaron. Lo tiró Schiavi con maestría bienvenida y desconocida: 3-0 y se acabó.
El segundo tiempo fue un lento escurrirse de los minutos, con Boca controlando el trámite y un América que no consiguió revertir, ni desde el juego ni desde lo anímico, un trámite desfavorable, ante un estadio mudo y tranquilo. El cuarto y definitivo fue un penal a Cángele –jugó cuarenta minutos por Tevez– que llegó solo, eludió a Robinson y el arquero lo bajó. Este lo tiró Delgado, como para redondear una gran noche y volver a la red, después de bastante tiempo.
Ahora viene el Santos. Dos partidos que –como aquéllos– aspiran a hacer historia.

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Carlitos Tevez, imparable y goleador, marcado por Londoño: hizo dos y jugó por dos.
 
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