Con un gol de carambola de Maidana y no mucho más, River derrotó ayer por 1-0 a San Lorenzo en el partido de ida que significó el debut de ambos equipo en la segunda fase de la Copa Sudamericana. La revancha será en dos semanas en el Monumental, aunque el domingo 1º de septiembre ambos equipos se volverán a ver en Núñez, pero por la quinta fecha del torneo Inicial. El vencedor de esta llave se medirá con el ganador del cruce entre Liga de Loja, de Ecuador, y Nacional, de Paraguay, que jugaron ayer en la ciudad de Loja y empataron 0-0.

No le faltó clima, aunque sí hinchas visitantes, al encuentro de ida que disputaron ayer San Lorenzo y River por la segunda fase de la Copa Sudamericana. Es que desde el inicio, quizá para calentar el cuerpo en una noche que se presentaba fría, ambos equipos apostaron a ejercer una presión constante sobre el rival y eso les dio a los primeros minutos una intensidad interesante.

Ahora, en el ida y vuelta, San Lorenzo era un poco más punzante, sobre todo cuando Correa lograba escaparse por la izquierda. A River todo parecía costarle un poco más, pero en la medida en que Vangioni se fue animando a pasar al ataque entonces sí el equipo de Ramón Díaz comenzó a acercarse al área del conjunto local. Aún faltaba que aparecieran Fabbro, Lanzini y Mora, y cuando lo hicieron ahí River logró, a los 17 minutos, ponerse arriba en el marcador.

La jugada la arrancó Lanzini, que se escapó, lo pararon y volvía a escaparse cuando fue derribado a un costado del área. Fabbro ejecutó la falta y mandó un centro que se cerró y Alvarez no logró contener. Mora intentó aprovechar el rebote, pero finalmente fue Maidana quien encontró la pelota y, ante la presión de Cauteruccio, conectó para el 1-0.

Los hinchas de San Lorenzo se impacientaron enseguida y comenzaron a cuestionar a sus jugadores y al entrenador. Pizzi no ocultó su disgusto.

Todavía quedaba mucho por jugarse. Tras el golpe, los locales intentaron recuperar lo hecho en los primeros minutos, cuando mandaban. Pero River hacía un buen trabajo en el medio y no encontraba mayores dificultades para cortarle el circuito de juego de San Lorenzo.

La impotencia de San Lorenzo quedó en evidencia en la segunda parte. Pizzi mandó a Verón a la cancha por Prósperi, buscando tener un poco más de profundidad, pero River controlaba la situación, se defendía con firmeza y buscaba sacar provecho de los contraataques. Lo que les costaba a los dirigidos por Ramón Díaz era elaborar juego –Lanzini, de lo mejorcito de River, no encontraba socio–, la apuesta estaba demasiado clara, los tres volantes centrales tenían por función destruir y eso los alejaba de Mora, el único hombre de punta que por momentos quedaba lo suficientemente aislado como para no entrar en el juego.

Un error defensivo dejó a Cauteruccio en inmejorable situación clara de gol, pero el centro le llegó envenenado y el delantero no pudo conectar.

El DT de River se conformó con lo que había conseguido en la primera parte y por eso, en los minutos finales, les pedía a sus jugadores marca y concentración. El trabajo del colombiano Balanta daba garantías para aguantar la ventaja.

San Lorenzo, jugado en ataque, intentaba avanzar por las bandas, pero le faltaba claridad y se exponía, más allá de que River no parecía ya dispuesto a mandarse al ataque. Los últimos minutos, San Lorenzo tuvo una muy buena chance con un tiro libre en la medialuna. Cauteruccio ejecutó y Chichizola atajó para terminar de sepultar las esperanzas ajenas.