DEPORTES › NOS GANARON EN HANDBOL Y FUTBOL, Y SE ESCAPAN EN EL MEDALLERO
Ahora la alegría es sólo brasileña
La selección de hándbol masculino perdió la final y el oro, al caer 31-30 ante Brasil, y las chicas del fútbol fueron derrotadas 2-1 en la semifinal por las vecinas. Los atletas de Lula ya están terceros, detrás de EE.UU. y Cuba.
Cada jornada de los Juegos Panamericanos que pasa confirma la tendencia y ya parece irreversible. Argentina, que en la previa era candidata para pelear el cuarto lugar en el medallero con Brasil, sigue luchando por el sexto puesto con Venezuela... y va perdiendo. En cambio, el socio mayor del Mercosur ya se instaló en la tercera posición, y con el comienzo de las competencias de natación tiene grandes chances de afirmarse en ese sitio. Además, en los dos enfrentamientos directos de ayer, en la final de hándbol masculino y la semifinal de fútbol femenino, las alegrías fueron para los brasileños.
El domingo fue un día especial tanto en Brasil como en la Argentina: allá se celebró el Día del Padre, acá se festejó el Día del Niño. Y parece que eso se trasladó al deporte. Desde que en la madrugada del domingo Acelino “Popó” Freitas venció por nocaut técnico a Rodrigo “La Hiena” Barrios en Miami por el doble título del mundo de los superplumas, la paternidad deportiva de los brasileños fue manifiesta.
La derrota más dolorosa fue la de la selección de hándbol, ya que además de la medalla dorada estaba en disputa el pasaje a los Juegos Olímpicos de Atenas. El conjunto argentino llegó a disfrutar de una ventaja de cuatro goles, pero ingresó en un bajón y terminó perdiendo 31-30 en tiempo suplementario, luego de igualar 24-24 en el período regular. Al igual de lo que sucedió en el Mundial de Portugal del año pasado, el equipo dirigido por Mauricio Torres exhibió una alarmante falta de carácter en los momentos decisivos del encuentro. Además, las reiteradas exclusiones por dos minutos conspiraron contra las chances argentinas.
“Controlamos el partido en el primer tiempo, pero después los chicos se enloquecieron”, admitió Torres. La frustración para este grupo es enorme, ya que partieron de Buenos Aires con el único objetivo de obtener la medalla dorada y clasificarse para Atenas. “Si no lo logramos, es fracaso”, habían asegurado los jugadores. “El sueño olímpico está perdido. Ahora nos queda esperar que el deporte nos dé revancha en otra oportunidad”, comentó Andrés Kogovsek. La clave del triunfo estuvo en la efectividad del armador Bruno, que anotó siete goles y fue clave desde que ingresó al partido. El mejor argentino fue Eric Gull, que marcó ocho tantos.
La caída en fútbol femenino era más previsible, aunque dejó a las chicas argentinas sin la posibilidad de acceder a la final por el oro. El 2-1 en favor de las brasileñas fue muy generoso, ya que en la cancha las diferencias de jerarquía quedaron reflejadas de manera más nítida. Marta, en dos ocasiones, puso en ventaja a Brasil, mientras que Analía Almeyda sobre el final del partido descontó para Argentina. Sin embargo, el conjunto nacional no contó con ninguna chance real de alcanzar el empate. Ahora, el equipo que conduce Carlos Borello buscará el último lugar del podio cuando el jueves se mida ante el perdedor de México y Canadá.
Pero la diferencia entre argentinos y brasileños no sólo se dio en los cruces entre sí. Lo que supuestamente debía ser en los papeles una lucha palmo a palmo, la realidad está marcando una clara distancia en favor de Brasil. Promediando los Juegos, la delegación verdeamarelha ya cosechó 20 medallas doradas (Argentina, 6), doce de ellas en los últimos dos días. Para ello resultó fundamental el aporte del atletismo, judo y gimnasia rítmica. Un ejemplo claro de la tendencia en favor de los brasileños resultó la Clase Mistral de yachting, una disciplina de larga tradición para Argentina, que incluso logró una medalla plateada con Carlos Espínola en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Allí, el platense Marcos Galván era claro favorito de repetir el título de Winnipeg ‘99, pero se cruzó por su camino el brasileño Bimbo Santos y se quedó con el lugar más alto del podio. Y hasta una curiosidad: Fernando Meligeni, nacido en Buenos Aires pero nacionalizado brasileño, obtuvo la medalla dorada en tenis.