Como si se tratara de turistas extranjeros de visita por Buenos Aires, los jugadores de la Selección Argentina de Básquetbol tuvieron su paseo por las calles de la ciudad. Desde el hotel donde están concentrados hasta el Planetario, los integrantes del plantel que conduce Julio Lamas se trasladaron en un micro descapotable, para recibir el cariño del público, que se sorprendía al verlos pasar a la altura del Obelisco o por Avenida del Libertador. En el Planetario, los jugadores firmaron autógrafos, se sacaron fotos y jugaron improvisados picaditos de tres contra tres con los hinchas que se acercaron a saludarlos.

En un parate de la preparación para el Mundial de España, el equipo argentino aprovechó para una jornada distinta, en contacto con la gente, la prensa y los sponsors. Tras el paseo, en el que se dieron el gusto de subir –con bici y todo– a un ciclista que los siguió desde el hotel, el capitán Luis Scola, Pablo Prigioni y el resto de los jugadores fueron tomando parte de las actividades, junto a un grupo de chicos que se acercó a jugar con sus ídolos. El único que no participó fue Andrés Nocioni, que se fue a realizar una ecografía en la que se comprobó que padece un edema en el sóleo, una molestia que no reviste mayor gravedad. Del acontecimiento también participaron Las Gigantes, la selección femenina, que viajarán a Ecuador para disputar el Sudamericano de Ambato entre el 14 y el 18 de agosto.

A la par de la exhibición, el cuerpo técnico y los jugadores dejaron en claro que la meta pasa por mejorar el rendimiento colectivo, sobre todo después de que se conociera la baja de Emanuel Ginóbili. En ese sentido, Lamas hizo hincapié en la necesidad de amalgamar el plantel. “Tenemos que ser un equipo, pronto. Tenemos un grupo experto, y dentro de ese grupo un núcleo fuerte, y además hay jugadores jóvenes, con talento, a los cuales hay que respaldar y guiar”, indicó Lamas.

Para ello, el entrenador considera fundamentales los amistosos preparatorios, que esta semana tendrán dos nuevos capítulos, el viernes ante Brasil y el sábado ante México, en Tecnópolis. “Son equipos mundialistas, pares que van a ir a la misma competencia que nosotros. Este torneo nos va a servir para saber dónde estamos parados como equipo y eso es lo más importante”, aseguró el técnico, que hará dos cortes del plantel antes de viajar a Europa para completar la preparación.

El recambio obligado es una incógnita que pesa sobre el equipo, pero los jugadores más experimentados consideran que los juveniles estarán a la altura de lo que se requiere en un Mundial. “Tenemos que estar bien, ayudar al compañero y, entre todos, potenciarnos. Estamos ilusionados como siempre. Vamos a llegar bien, confío mucho en los chicos más jóvenes”, remarcó el base Pablo Prigioni. Para Leo Gutiérrez, la clave pasa por conseguir el mejor nivel posible para luego plantearse una meta. “No hay un objetivo planteado, no hablamos. Nunca nos ponemos un objetivo puntual del tipo ‘vamos a ser finalistas, queremos llegar a semi’. Nuestra meta es jugar lo mejor posible y dejar todo en la cancha”, sostuvo Gutiérrez, otro de los que intentarán transmitir el legado de la Generación Dorada a los más jóvenes.