El viernes 1º de agosto comenzó a “rodar la pelota” de la Olimpíada número 41 de Ajedrez, en la ciudad de Tromso, Noruega (el país del actual campeón del mundo y número uno del ranking internacional, Magnus Carlsen). En la competencia, que finaliza el 14 de agosto y cuenta con la participación de más de 150 países, Argentina estará representada por un equipo para el torneo de modalidad absoluta (sin distinción de sexo) y otro para el femenino. Los papeles previos al inicio del ruedo ajedrecístico dicen que Rusia es la favorita en el abierto, mientras que el conjunto chino es el primer preclasificado entre las mujeres, conforme al ranking internacional de FIDE (Federación Internacional de Ajedrez).

El equipo olímpico argentino absoluto está integrado por cinco Grandes Maestros: Fernando Peralta, Sandro Mareco, Diego Flores, Rubén Felgaer y Federico Pérez Ponsa, y tiene como capitán al legendario Gran Maestro sueco Ulf Andersson. En el equipo femenino juegan Carolina Luján (MI), Claudia Amura (WGM), Florencia Fernández (WIM), Marisa Zuriel (WIM) y Ayelén Martínez (WIM), y su capitán es Eduardo Moccero.

Días antes de partir hacia Noruega, en el marco de la calurosa despedida que recibieron en Tecnópolis –organizada por el programa Ajedrecear del Ministerio de Cultura de la Nación–, los representantes argentinos fueron consultados por las expectativas que cada cual tenía de cara al certamen más competitivo que ofrece la agenda ajedrecística mundial. El GM Diego Flores, experimentado en el asunto, aseguró: “Va a ser un torneo muy difícil, son más de 160 países, Argentina está preclasificada 35, así que esperamos como mínimo tratar de mantener esa preclasificación y, en lo posible, intentar ascender algunos puestos”. Por su parte, la número uno del ranking femenino nacional, (MI) Carolina Luján, explicó: “La expectativa es tratar de ubicarnos entre las 20 mejores del mundo y si podemos, además, superar esa marca, mejor. No lo vemos imposible”.

Jugadas tres rondas, el equipo absoluto suma 4 puntos (dos victorias y una derrota), fruto del triunfo 4 a 0 frente a Lichtenstein, de la ajustada derrota 2 1/2 a 1 1/2 ante el fuerte equipo español (que con un promedio de ELO de 2640 está preclasificado diecisiete puestos arriba de nuestro representativo) y del 3 1/2 a 1/2 a Jordania en la jornada de ayer. Merece una mención especial la audacia defensiva del juninense Diego Flores para igualar, en la segunda ronda, una posición muy desventajosa con piezas negras ante el fuerte (GM) Iván Salgado López, consiguiendo entablar en la movida 57.

El combinado femenino consiguió también 4 puntos, tras dos victorias y una derrota. El arranque fue perfecto, pues consiguieron imponerse con autoridad en las 4 partidas del match contra “Noruega 3” (por reglamento, el equipo anfitrión puede presentar hasta tres equipos). Para el segundo encuentro bastó con sentarse frente al tablero: las representantes de Burundi no llegaron a tiempo y, tal como marcan las reglas, perdieron por ausencia. La única derrota llegó en la tercera ronda y fue por 3 a 1 frente a Alemania, uno de los mejores equipos del torneo, con un promedio de ELO de 2363. El empate estuvo cerca; en un gran partido, la bicampeona argentina y tercer tablero del equipo, Florencia Fernández, llegó a una posición de ventaja decisiva que no pudo mantener a falta de un movimiento para el control de la jugada 40. Para comprender el estado de presión en ese punto, hay que saber que el torneo otorga un plazo de 90 minutos para esa cantidad de jugadas, una vez superado ese “control” corresponden 30 minutos más. Equivocada la elección de la jugada 40, Fernández tuvo que abandonar 13 movidas después.

Hoy, desde las 9 AM (hora argentina), el equipo absoluto buscará su tercera victoria frente a Grecia, mientras que el femenino se enfrentará al representativo de Moldavia. Todas las partidas pueden seguirse en vivo, con comentarios y análisis de maestros, en el sitio web oficial de la competencia https://chess24.com/en/olympiad2014

Los ajedrecistas, que durante estas semanas pintan de celeste y blanco los tableros nórdicos, forman parte de una generación que se formó con mucho esfuerzo y sorteando las desprolijidades de las dirigencias de turno. Son jóvenes que trabajan para recuperar lo mejor de la tradición del ajedrez nacional, inspirados quizás en el recuerdo de épocas doradas, en aquella Argentina subcampeona olímpica del ’54, o en los grandes nombres de la tradición ajedrecística vernácula, como los hermanos Bolbochán, Najdorf, Rossetto, Eliskases, Panno y tantos más admirados jugadores y Maestros.