DEPORTES › HUGO TOCALLI LO CONVOCO OFICIALMENTE PARA JUGAR EL MUNDIAL SUB-20
Tevez quedó ante la gambeta más difícil
El jugador no quería elegir entre Boca y la Selección, pero ahora no tendrá más remedio si esque quiere jugar la Intercontinental y encuentra una causa justificada. En el club insisten en que pueden ganar el caso en la Justicia.
Por Pablo Vignone
“Yo quiero a mi Selección como a Boca, pero yo no soy el que elige ni quiero elegir”, ha dicho Carlos Tevez. Malas noticias, entonces. Hugo Tocalli lo convocó oficialmente para jugar el Mundial de los Emiratos Arabes de la categoría Sub-20, y entonces tendrá que optar entre acatar el llamado o negarse y hacerse pasible de la sanción que le cabe, la que le impediría jugar la Copa Intercontinental con Boca el 14 de diciembre, en Tokio.
Tocalli hizo la citación oficial ayer y el futbolista de Boca figura entre los 20 jugadores que deberán viajar el martes 18 rumbo a Medio Oriente para disputar el certamen que debió haberse jugado en marzo y que fuera postergado cuando los Estados Unidos invadieron Irak. El problema es que se presume –porque el jugador no lo ha hecho público– que el deseo de Tevez es participar con Boca de la Copa Intercontinental y eso lo obligaría a renunciar al seleccionado, con las consecuencias del caso.
Dos semanas atrás, Página/12 reveló cómo maniobraban Boca y River para evitar ceder a sus estrellas, Tevez y Fernando Cavenaghi, al juvenil de Tocalli y cómo la AFA no hacía valer la reglamentación sancionada después del Mundial Sub-20 Nigeria ‘99, a instancias de José Pekerman, por entonces entrenador de los juveniles. En dos semanas la polémica creció a niveles insospechados y la entidad madre tuvo que reaccionar haciendo valer esa reglamentación, que sostiene en su punto 4º:
“Todo jugador con edad para participar en torneos juveniles oficiales debidamente designado y convocado que sin causa justificada no concurra a cualquier citación dispuesta por el director técnico de dicha selección (...) quedará automáticamente inhabilitado para integrar equipos de cualquier categoría y de cualquier club por todo el lapso de tiempo (sic) que perduren las actividades y partidos del seleccionado para el cual había sido citado, y será sometido al pronunciamiento final y sanciones correspondientes por parte del organismo disciplinario que corresponda” (el destacado es nuestro).
Es decir, si Tevez renuncia a jugar con el juvenil sin causa justificada, no podrá actuar en Boca en ningún torneo oficial de la AFA, ni de la Conmebol ni de la FIFA, ámbitos a los cuales se extiende el reglamento –y que Boca, como integrante de la AFA, suscribió en su momento– y dentro de los cuales se enmarca la final contra el Milan.
Pero se sospecha que el argumento de jugar la Intercontinental –uno que no pueden usar, por ejemplo, los seis jugadores de San Lorenzo citados por Tocalli– podría ser citado como causa justificada si, por ejemplo, estuviera acompañado de otros atenuantes, como el posible lucro cesante que sufriría el jugador, impedido de jugar en su club.
Hasta el domingo circulaba la especie de un acuerdo entre Boca y la AFA, por el cual el jugador no sería citado al Mundial y el club no lo incluiría en los partidos oficiales del Apertura, reservándolo sólo para la Intercontinental. Pero la especie tomó vuelo –este diario la consignó en su edición del lunes– y los otros clubes hicieron saber su desagrado. Acaso aceptar la justificación de la causa sea una manera elegante, por parte de la AFA, de reflotar la vigencia de ese acuerdo no divulgado.
Presumiblemente, mucho de esta polémica no habría tenido sentido si el jugador hubiera expresado clara y públicamente su posición. Cuando Carlos Bianchi lo criticó abiertamente, después de que el jugador se lesionara actuando ante Independiente, respecto de su manera de jugar, Tevez no eludió responderle. ¿Por qué no fue tan explícito en este caso? Se supone, además, que jugar en la Selección, aunque sea juvenil, es un premio, no un castigo.
Si Tevez renuncia al seleccionado no debe temer futuras represalias, porque no sería el primero en volver a ser convocado pese a la negativa inicial. Ubaldo Fillol se negó a un llamado de César Menotti en 1976 y terminó siendo figura en el Mundial 1978; Fernando Redondo rehusó una convocatoria de Carlos Bilardo y fue estrella en el proceso siguiente, el de Alfio Basile, siendo titular en el equipo que jugó el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Los mismos Pablo Aimar y Javier Saviola, que no jugaron en Nigeria, sentando las bases de la reglamentación que hoy castiga a Tevez, son parte de la Selección que mañana se enfrenta a Bolivia.
Lo que no resulta lógico es denunciar el reglamento, una tarea que cupo a los dirigentes de Boca, los mismos que lo firmaron, porque no deja de ser curioso que, cuando tanto resuena el reclamo de la seguridad jurídica en el ámbito empresario nacional, sea precisamente Boca, un club que se maneja como una empresa, el que pretenda desconocer una norma que en su momento aprobó. “Un primer sondeo indica que las posibilidades de ganar en la Justicia son buenas”, ha dicho ayer el vice 3º de Boca, Roberto Digón.