EL PAíS › TODO LO QUE LE SOBRO AL ESTADO IRA
AL BOLSILLO DE JUBILADOS Y JEFES DE HOGAR
Otra medida del paquete navideño
Roberto Lavagna apuesta todo a reactivar el consumo en diciembre, aprovechando el aumento estacional de las compras por las Fiestas. Ayer, anunció que “por única vez” los jefes de hogar recibirán, a mediados de diciembre, un “aporte solidario” de 50 pesos, suerte de “aguinaldito”.
Por Maximiliano Montenegro
“Yo te dije que era Papá Noel, y Papá Noel siempre trae alguna sorpresita en la bolsa”, bromea el colaborador de Lavagna, mientras ríe en un tono que remeda al obeso anciano de barba blanca. Ayer, el ministro de Economía terminó de completar el paquete navideño: anunció que “por única vez” los beneficiarios de los planes Jefas de Hogar recibirán, a mediados de diciembre, un “aporte solidario” de 50 pesos. Si bien no es aconsejable asustar a los chicos revelándoles la identidad del Papá Noel argentino, es evidente que el ministro apuesta todo a reactivar el consumo en diciembre, aprovechando el aumento estacional de compras por las Fiestas.
Como informó Página/12, con el adelanto del pago de aguinaldos y jubilaciones –comunicado el martes– para Navidad y Año Nuevo los empleados públicos, jubilados y pensionados tendrán en sus bolsillos unos 1400 millones de pesos con los que nunca habían contado para esa fecha.
Por ejemplo:
- 1,2 millones de jubilados que cobran el haber mínimo recibirán en diciembre el haber de noviembre y el medio aguinaldo (en la primera semana), a lo que hay que sumarle el haber de diciembre (en la cuarta semana). Así, en total cobrarán 550 pesos. Es menos de lo que cuesta la canasta básica de la pobreza. Pero en diciembre de 2002 habían cobrado sólo 200 pesos.
- 750.000 jubilados que perciben la mínima, más una pensión, por fallecimiento del cónyuge, cobrarán este diciembre (entre los dos haberes de noviembre, sendos aguinaldos y los dos haberes de diciembre) en total 1100 pesos, frente a 400 pesos el año pasado.
El anuncio de ayer significa que el Estado repartirá otros 110 millones de pesos entre los 2,2 millones de personas con planes Jefas de Hogar. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, se encargó de aclarar que ese dinero estará disponible para las Fiestas: “Se hará efectivo con el cobro de los planes de diciembre y con el cronograma habitual que va del 10 al 23” de diciembre, explicó.
Dicho sea de paso, en Trabajo hace más de un mes que estudiaban una medida semejante. Pero, después de que el propio Tomada denunciara haber sido rehén durante una noche de un grupo piquetero que le impidió la salida del ministerio, la iniciativa quedó paralizada. Porque temían que fuera interpretada como que el Gobierno había cedido ante los grupos más radicalizados. Recién esta semana, cuando Lavagna mostró todas las cartas de su estrategia navideña, Tomada volvió a poner sobre la mesa el “aguinaldito” para los jefes de hogar.
La presencia de la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, en la conferencia de prensa convocada para el anuncio no fue casual. La hermana del Presidente planea, próximamente, concentrar toda la administración de los planes Jefas, que abandonarían así la órbita de Trabajo.
Según los cálculos de Economía, el 90 por ciento de todos los recursos que volcará el Estado a los bolsillos de jubilados, pensionados y empleados públicos irá directamente al consumo, ya que los beneficiarios son familias casi sin capacidad de ahorro. Lo poco que cobran lo destinan para pagar gastos esenciales. En el caso de los jefes de hogar, esto es todavía más patente, por lo que se espera que el 100 por ciento se destine al consumo en pocos días.
En los papeles del equipo económico, el fuerte envión que se daría al consumo en diciembre no debería decaer en enero, cuando el motor sería otro: en ese mes los sectores más acomodados consumen en sus vacaciones una parte del ahorro familiar del año.
Lavagna repitió, como había dicho el martes, que esta nueva medida se había podido dar gracias a “lo ahorrado en los tres últimos meses en el área fiscal”. Y no miente. Hace tres semanas le confirmaron que en las cuentas de 2003 sobrarían 1350 millones de pesos, por encima de las pautasde superávit acordadas con el Fondo. Entonces, se abrió una dura pulseada con los técnicos del organismo, que pretendían que esa suma fuera trasladada como “saldo de inicio de caja” al ejercicio 2004. De esa forma los funcionarios del FMI presionaban para que el Gobierno adicionara el excedente de recursos de este año al superávit pautado para el próximo, como señal a los acreedores extranjeros.
Sin embargo, luego de consultar con Kirchner, Lavagna tomó otra decisión. “Hay que quemar todo en diciembre”, le ordenó a su secretario de Hacienda, Carlos Mosse.
Durante la conferencia le preguntaron al ministro si también había en la bolsa una suba de salarios públicos. “No”, respondió, tajante. Más allá del modesto aumento de 20 pesos para las jubilaciones mínimas a partir de enero, Lavagna no quiere comprometer ningún gasto salarial extra en el Presupuesto 2004. Eso habrá que pedírselo a los Reyes Magos.