Después de un viaje tan extenso como agotador, que incluyó una escala en Houston, Estados Unidos, el plantel de River llegó ayer al país, tras perder el domingo la final del Mundial de Clubes ante Barcelona por 3-0.

En silencio y recibidos en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por un pequeño grupo de hinchas, los jugadores, el cuerpo técnico y los dirigentes salieron por una puerta alternativa, abordaron un micro y se trasladaron al estadio Monumental sin tomar contacto con los fanáticos que esperaron bajo la lluvia ni con la prensa.

Apenas una veintena de hinchas se reunieron en Núñez y se tuvieron que conformar con saludar a los jugadores a la distancia o cuando partían en sus autos particulares para iniciar las vacaciones, que se extenderán hasta el 10 de enero, cuando volverán a presentarse para viajar a Punta del Este, donde harán los trabajos de pretemporada. Esta imagen de fría bienvenida contrastó fuertemente con aquellas que llegaron desde Japón y que mostraron enormes grupos de simpatizantes inundando las calles de las distintas ciudades en las que estuvo River.

El que sí se prestó al diálogo con la prensa no bien llegado a la Argentina fue el presidente de la institución, Rodolfo D’Onofrio, quien resaltó la actuación del equipo, coincidió con Gallardo en que la derrota con Barcelona cerró un ciclo y dio precisiones sobre el River modelo 2016.

“Cualquier equipo que tenga la posibilidad de ganar la Libertadores y tenga la chance de jugar la final en Yokohama es un privilegio, por eso siento satisfacción”, afirmó el dirigente, quien agregó: “Se terminó el ciclo de un equipo y hay que iniciar uno nuevo y traer algunos refuerzos, con el objetivo de volver a competir y tratar de ganar todo de vuelta”.

Acerca de las negociaciones para contratar refuerzos, D’Onofrio adelantó que en los próximos días retomará las conversaciones para sumar a los futbolistas que le interesan a Gallardo, entre los que se encuentran los volantes Nicolás Domingo (Banfield), Joaquín Arzura (Tigre), Gastón Gil Romero e Ignacio Fernández (Gimnasia) y el delantero Ignacio Scocco (Newell’s).

El titular del subcampeón mundial dedicó un párrafo especial al apoyo de los miles de hinchas que viajaron a Japón. “Lo de la gente fue increíble, maravilloso. Todavía estoy emocionado por lo que veía. El presidente de Barcelona no lo podía creer”, afirmó.

A renglón seguido condenó la agresión que recibió Lionel Messi de parte de un hincha de River en el aeropuerto de Narita. “Nos ocuparemos de averiguar quién fue. Le voy a pedir a la comisión directiva que si alguien lo escupió merece por lo menos la suspensión como socio. Hay que dar el ejemplo. Había veinte mil hinchas con gran comportamiento y duele que un tonto vaya y deje esa imagen”, concluyó.

El lunes al mediodía el club emitió un comunicado en el que repudió los insultos y el escupitajo que sufrió el rosarino y pidió “las disculpas correspondientes al futbolista y al FC Barcelona”.