DEPORTES › A DIEZ AÑOS DE LA MUERTE DE AYRTON SENNA
En Imola corren los fantasmas
El Grand Prix de San Marino de Fórmula 1, que se disputará este fin de semana en el circuito de Imola, estará marcado más que nunca por el recuerdo de la trágica muerte, una década atrás, del brasileño Ayrton Senna, el 1º de mayo 1994 durante su disputa, y con la esperanza de que no sea el último que se celebre en dicha pista. El autódromo Enzo e Dino Ferrari de Imola, cita del cuarto de los dieciocho grandes premios de que consta el Mundial 2004, está ya desde hace semana preparándose para recordar a Senna, quien era todo un ídolo de la afición italiana.
Será la 24ª edición del Grand Prix y el primer objetivo de los organizadores será el de alcanzar la cifra de los 100.000 espectadores presentes en el fin de semana (en 2003 fueron 86.000) y, con ello, iniciar la recaudación de los fondos precisos para la construcción de las estructuras necesarias, de las modificaciones exigidas, que le permitan seguir albergando en los próximos años el “circo” de la Fórmula 1.
Sobre Imola pesa la “espada de Damocles” de que sea el del próximo fin de semana el último de los Grandes Premios que albergue. De momento, con precios algo más asequibles de los últimos años, se llevan vendidas unas 60.000 localidades.
Pero al margen del deseo de mantener a Imola en el calendario mundial, el Gran Premio de San Marino volverá a estar marcado por el recuerdo a Senna. El piloto brasileño perdió la vida el primer día de mayo de 1994 cuando iba en punta, un día después de que el austríaco Roland Ratzenberger falleciera al estrellarse con su vehículo durante las pruebas de clasificación en el mismo circuito.
Senna, al comando de un Williams, se estrelló contra los muros de protección de la curva de Tamburello y falleció después en el Hospital Maggiore de Bolonia, adonde fue trasladado en helicóptero desde el circuito. Una muerte que abrió un largo proceso judicial que aún sigue tras haber anulado el Supremo la sentencia de la Corte de Apelación.
“La muerte de Senna fue una dolorosa pérdida para todo el automovilismo. Era un símbolo que le dio mucho al deporte”, dijo Michael Schumacher, al que le cuesta bastante hablar del tema.
Para recordar a Senna, junto a los centenares de ramos de flores que en los días pasados se han ubicado en el fatídico punto de la curva Tamburello, el próximo fin de semana se volverán a celebrar una serie de manifestaciones de homenaje.
Así, el tradicional partido de fútbol benéfico entre la selección de pilotos verá esta vez como rival a un combinado de jugadores brasileños, en su mayoría los campeones del Mundial de 1994, que incluirá a Bebeto y a Branco.
También se inaugurará una muestra fotográfica y de objetos dedicada a Senna. Y en la tarde-noche de hoy, el club de seguidores del piloto brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) organizará una fiesta para recoger fondos en favor de la Fundación Senna, que se dedica a ayudar a niños necesitados de Brasil.
Senna, pues, será recordado un año más en Imola, si bien la frase “Ayrton Senna il numero uno... sempre il più grande” (Ayrton Senna el número uno... siempre el más grande), con pintura amarilla y azul, que los aficionados han escrito estos días sobre el muro de Tamburello, donde está instalado el busto que lo recuerda, será borrado en las próximas horas.