ECONOMíA › EL BC ESTIMO EL COSTO ECONOMICO DE LA FALTA DE GAS
De Vido no quiere ver crisis
Por Claudio Zlotnik
La crisis energética provocó un duro cruce entre el Banco Central y el ministro Julio De Vido. Todo empezó con una estimación realizada por la autoridad monetaria sobre el perjuicio económico que tendrá la falta de energía. En un informe oficial, Prat Gay señaló que habrá un “impacto directo” de hasta 500 millones de dólares en el comercio exterior. Y, más grave que eso, la economía podría crecer hasta un punto menos por culpa de esa situación. De Vido, encargado directo del sector energético, criticó al banquero central: “No sabía que el Banco Central se expedía sobre temas de energía”, dijo a los periodistas, visiblemente molesto.
El dato de la polémica está incluido en un pormenorizado informe sobre la situación económica, financiera y social que el Banco Central elabora en forma trimestral. Allí no sólo se relevan los últimos acontecimientos, sino que se trazan perspectivas sobre el porvenir.
En este contexto, en el trabajo se especificó que la falta de gas desembocará en menores exportaciones y en importaciones de fluido a un precio más caro que el pagado en el mercado interno. Y que este hecho tendrá un costo de hasta 500 millones de dólares este año. Prat Gay también mencionó un eventual impacto fiscal, en el caso de que el Estado salga a subsidiar esas importaciones más onerosas. En términos inflacionarios, el jefe del Central calculó un efecto moderado: de medio punto a lo largo de 2004.
Junto con este reacomodamiento, Prat Gay espera otros aumentos de precios para lo que queda del año. Frente a una tasa anual que actualmente se encuentra en el 2,3 por ciento, el funcionario estimó que la inflación para todo el 2004 rondará entre 5 y 7 por ciento.
Si bien dijo que “somos testigos de la normalización del ciclo económico”, Prat Gay pronosticó una desaceleración del actual crecimiento de la economía. “No se puede esperar que continúe la expansión de dos dígitos”, diagnosticó. En el primer trimestre, el PIB aumentó 10 por ciento, pero el banquero moderó las expectativas. Dijo que la economía crecerá a un ritmo anual del 5,5 por ciento hacia finales de año y que cerrará el actual período con una expansión del 8. “A medida que la economía se acerca a la plena utilización de su capacidad instalada es lógico esperar una desaceleración”, mencionó.
No obstante, señaló que existen “cuellos de botella por los cuales tenemos que preocuparnos”, que le ponen límites al crecimiento, pero Prat Gay se encargó de especificar que esas trabas, como en el caso del gas, no son generalizadas sino que aparecen como “problemas puntuales”.
En este contexto, el BCRA estimó una baja del desempleo de cuatro puntos en lo que resta del año. En la actualidad, esa tasa se ubica en el 14,6 por ciento. “Por cada punto de aumento del PIB, en términos reales, significa una caída de 280 mil en la cantidad de pobres. Y por cada punto de inflación inferior a la proyectada, el número cae en 150 mil”, enfatizó Prat Gay al defender su estrategia de política monetaria, basada en que el ancla de la economía sea la meta de inflación en lugar de que sea el tipo de cambio. Es por esa razón que el titular del BCRA volvió a negarse a realizar estimaciones sobre el valor del dólar.
–¿Estaría de acuerdo con un aumento salarial, de manera de asegurar el crecimiento económico? –le preguntó Página/12 a Prat Gay.
–La política fiscal excede mi área. El Banco Central no puede hacer recomendaciones sobre políticas de gasto. En caso de que haya aumentos, lo tomaríamos como otro dato de la realidad para analizar.
Con esta respuesta evitó polemizar con la Casa Rosada. En el informe se dejó explícito que si bien el crecimiento de los salarios “no se ha acelerado”, excede los aumentos de diversos precios de bienes y servicios, a consecuencia de la baja del desempleo.